Avezados delincuentes son cínicos y no presentan signos de arrepentimiento. El 2010 el Ministerio Público recibió en promedio 1.300 denuncias por día
(Infografía: Pedro Vega/ El Comercio)
NELLY LUNA AMANCIO
Un test psicológico practicado a 30 avezados delincuentes del penal de Lurigancho arrojó una espeluznante verdad: ninguno de ellos muestra signos de arrepentimiento, ni deseos de cambio y resocialización. “Son extremadamente violentos y no tienen tolerancia a la frustración”, dice Silvia Rojas, la psicóloga de la Dirincri que el año pasado indagó en las mentes de estos reclusos.
De José Luis Astuhuamán, ‘Papita’, el delincuente que disparó contra la pequeña Romina, dice que podrá llorar ante las cámaras (como lo ha hecho), que podrá jurar estar arrepentido (también lo hizo), pero que no es cierto. “Su perfil psicológico lo define como una persona violenta, fría, cínica y calculadora”.
‘PAPITA’ ERA UN ‘MARCA’
Un ‘marca’ aguarda afuera de los bancos a la espera de que un ‘datero’ le informe quién ha retirado dinero. ‘Papita’, como el resto de ‘marcas’, pertenecía a una banda organizada cuyo accionar respondía casi siempre a un plan, a diferencia de los ‘raqueteros’.
Un ‘marca’ aguarda afuera de los bancos a la espera de que un ‘datero’ le informe quién ha retirado dinero. ‘Papita’, como el resto de ‘marcas’, pertenecía a una banda organizada cuyo accionar respondía casi siempre a un plan, a diferencia de los ‘raqueteros’.
Juver Vargas, el acusado de haber disparado contra la hija del congresistaRenzo Reggiardo, es un ‘raquetero’. Y los ‘raqueteros’ son el resultado de la criminalidad improvisada. Un grupo de asaltantes que se junta un día cualquiera, buscan dos autos y armas (si no tienen, las alquilan) y luego salen a recorrer las calles. Sus víctimas y el tipo de asalto lo decidirán en el momento.
“Estos son los que más víctimas de bala producen; por lo general son siempre los mismos, solo que cada vez se tornan más sanguinarios”, dicen con preocupación en la Dirincri. Personal de esta dependencia asegura que en los últimos dos años los delitos cometidos por bandas organizadas se triplicaron.
La inseguridad se extiende en todo el país. Entre el 2008 y el 2010 el número de denuncias alcanzadas al Ministerio Público por delitos graves se incrementó en 50%: solo el año pasado ingresaron en promedio 1.300 denuncias por día, el 60% por robo u homicidio o secuestro. Lima, La Libertad, Lambayeque y Piura son las regiones más peligrosas, según el Observatorio de Criminalidad de esta institución.
Lo más preocupante, sin embargo, ha dicho con acierto el ex viceministro del Interior Dardo López, es la impunidad.
CORRUPCIÓN POR DENTRO
Funcionarios del Poder Judicial sostienen que los casos de corrupción en la lucha contra el crimen comienzan durante la elaboración del atestado policial (se puede minimizar la participación o la vehemencia o los antecedentes del autor del delito).
Funcionarios del Poder Judicial sostienen que los casos de corrupción en la lucha contra el crimen comienzan durante la elaboración del atestado policial (se puede minimizar la participación o la vehemencia o los antecedentes del autor del delito).
Los policías, por su parte, señalan que la corrupción se registra, sobre todo, en el Poder Judicial (cuando hay que definir la sentencia o cuando hay que interpretar los beneficios carcelarios o –como suele ocurrir– al otorgar la libertad por vencimiento del plazo de carcelería). Las fuentes consultadas señalan que por lo primero los delincuentes pueden llegar a pagar mil dólares; en la instancia judicial estos montos podrían superar los dos mil dólares.
Lo que sigue es la explicación de una persona vinculada a la Dirincri: “Con un atestado débil, la fiscalía, que suele tener mucha carga procesal, lo presenta tal cual al juez, y este, por la debilidad de la investigación, archiva el caso o denuncia al autor por un delito menos grave”. Conclusión: la corrupción está en todos lados, pero nadie la acepta públicamente.
Así, según la encuesta del Ministerio Público, el 60% de las víctimas no denuncia a su agresor. Y de estos, casi el 58% no lo hace porque no confía en las autoridades (“no hacen nada”) o consideran que “es una pérdida de tiempo”. El ex ministro del Interior Remigio Hernani refiere que solo el 15% de las denuncias que llegan a la Dirincri se resuelve. Todo dependerá, sin duda, de la presión política y mediática.
Los delincuentes lo saben.
Entre el 2008 y el 2010 se ejecutaron doce planes contra la inseguridad
LLUVIA DE ANUNCIOS
Solo en los tres últimos años, el gobierno del ex presidente Alan García lanzó 12 planes para enfrentar la inseguridad: desde el Patrullero de mi Barrio y el plan Protégeme, del entonces ministro Luis Alva Castro, pasando por el Plan Integrado de Seguridad Ciudadana de Mercedes Cabanillas, hasta el Plan para Lima del último ministro, Fernando Barrios.
FORMAS DE LA VIOLENCIA
Una encuesta realizada el año pasado por el Observatorio de Criminalidad del Ministerio Público a 18.341 personas en todo el país revela que mientras la violencia familiar es el principal problema de inseguridad para las mujeres (42%), los hombres consideran que son los enfrentamientos entre pandillas (33%). “La violencia está en casa y luego esta se refleja en las calles”, dice Juan Huambachano, gerente del observatorio.
AGRESIÓN EN EL HOGAR
Las mismas cifras señalan que el 23% de las mujeres fue agredida en su hogar, otro 22% fue víctima de un robo con violencia y la vivienda de un 21% de ellas fue asaltada. En el caso de los hombres, el 51% fue víctima de un asalto con violencia, y un 17% sufrió el robo de su casa.
PREVENCIÓN
La tarea contra la inseguridad – insiste el gerente del Observatorio de Criminalidad– debería comenzar en casa. “Es cierto que la inseguridad encierra problemas sociales de fondo, pero la violencia familiar es un factor que hay que atacar pronto”, señala Huambachano. La psicóloga de la Dirincri, Silvia Rojas, comparte esta idea: “Hay que prevenir el maltrato en los menores, muchos de los delincuentes más peligrosos arrastran psicopatías o complejos fomentados por la violencia familiar durante su niñez”.
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