Promocionan su algodón como "orgánico y de comercio justo", pero la realidad en Burkina Faso, donde Victoria's Secret compra este material, es bien distinta. Aprovechando, precisamente, el precio que pagan algunas organizaciones para que los productos sean de comercio justo, algunos recolectores del algodón lo utilizan para sacar beneficios utilizando a niños, a los que explotan durante largas jornadas.
Así lo han revelado una serie de reportajes publicados por el portal Bloomberg, que describen la historia de Clarisse, una niña de 13 años que se despierta al amanecer para trabajar en el campo junto a un jefe que ni siquiera le deja tiempo para descansar hasta que termina su larga jornada, en la que incluso tiene que preparar el campo con sus propias manos ya que ni siquiera le proveen de herramientas."Victoria's Other Secret" ("El otro secreto de Victoria"), uno de los reportajes, descubre que la firma de lencería es uno de los mejores clientes de granjas de este tipo, e incluso en las etiquetas de sus prendas puede leerse 'Hecho con un 20 % de fibras orgánicas de Burkina Faso'. De hecho, cuando en 2007 firmaron este acuerdo de colaboración, promocionaron un eslogan que decía que este algodón es "bueno para las mujeres, bueno para los niños que dependen de ellas". Entonces la cantidad utilizada era del 95%, ahora mucho menor.
Sin embargo, esta realidad podría ser desconocida para Victoria's Secret, ya que, realmente, las granjas pertenecen a un programa nacional que promueve el comercio justo, instaurado por Helvetas Swiss Intercoperation, una organización internacional, y que posteriormente envía el material a las fábricas de Sri Lanka en las que toman forma las prendas finales. Tammy Roberts Myers, vicepresidenta de comunicación externa de Limited Brands Inc., la empresa a la que pertenece la firma, asegura que la cantidad de algodón que procede de Burkina Faso es mínima pero, sin embargo, concede: "Nuestros estándares específicamente prohíben el trabajo infantil. Estamos presionando con fuerza a los encargados del asunto para investigarlo a fondo".
Mientras tanto, los reportajes no dejan lugar a dudas: tanto la pequeña Clarisse, comomiles de niños en similares condiciones, trabajan día y noche, bajo el sol, y con sus propias manos, muchas veces incluso sin cobrar por ello.
Fuente: http://www.elmundo.es
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