Inés Flores.
¿Cuál es su primera impresión del discurso del presidente Ollanta Humala?
Me hizo recordar los discursos anuales del presidente Clinton, que intentó tocar muchos temas y por eso terminó no diciendo mucho. No creo que vaya a ser un discurso histórico.
¿Esperaba a un Humala más radical? Un sector de sus electores apostó por el cambio.
Una parte de su base seguramente esperaba un discurso más radical, y otra un mensaje más moderado. Dio una cosa simbólica y retórica a la izquierda, incluso mencionó a Mariátegui, pero cuando tocó temas de fondo era mucho más moderado. Así ocurrió con muchos presidentes de izquierda: en Brasil con el PT (Partido de los Trabajadores), el Frente Amplio de Uruguay y el gobierno socialista en Chile.
¿Ante qué tipo de gobierno estamos? Mantiene la estabilidad económica, los TLC, una economía social de mercado abierta al mundo y anuncia la inclusión social y el reforzamiento del Estado en algunos sectores...
Es un gobierno típico de centro izquierda de América Latina, al estilo de (Inácio) Lula o del Frente Amplio en Uruguay. Pero a diferencia de Uruguay y de Brasil, estamos ante un gobierno novato, sin experiencia y sin partido político. Entonces, una cosa es el plan de lo que quiere hacer y otra cosa va a ser la implementación de eso.
¿Escuchamos al Humala de la primera vuelta o al de la Hoja de Ruta?
En el fondo (el de la )Hoja de Ruta, pero él sabe que necesita mantener el apoyo de la gente de la primera vuelta, por eso siempre tendrá el ojo político puesto en ellos. Se escuchaba cosas de la primera vuelta, sobre todo gestos simbólicos, pero en el fondo era el mismo Humala de la segunda vuelta.
Al jurar, Humala mencionó la Constitución de 1979. ¿Cómo interpreta ese gesto?
Me parece que fue un poco irresponsable. No había necesidad de generar polarización.
¿Humala marca un cambio con sus antecesores?
Claro. Primero en el rumbo neoliberal. Él dice que habrá énfasis en política social, en la redistribución. Es un cambio no dramático, no velasquista, pero un cambio en el papel del Estado. Es un movimiento de la derecha al centro. Los dos últimos gobiernos, en términos económicos, han sido de la derecha. Fue importante decir que desde agosto implementará sus promesas de la campaña como el aumento al salario mínimo, Cuna Más, Pensión 65. Es un paso hacia la restauración de la confianza de la gente.
¿También marca un cambio en política exterior al mirar más a la integración de Unasur?
El Perú ha seguido una línea más bien pro Estados Unidos en los últimos diez años (y) creo que con Humala veremos un giro, no hacia el eje bolivariano sino hacia el centro que está creciendo en la región, liderado por Brasil, Colombia y Argentina. Lo que más llamó mi atención fue el compromiso de aceptar el fallo de La Haya...
¿Por qué?
Es otro elemento de moderación (de Humala). Es un gobierno supuestamente nacionalista y hace unos años Humala y humalistas habían dicho cosas muy duras contra Chile, un país con el cual el Perú había tenido muchos problemas.
Hay críticas al anuncio del reforzamiento del Estado en algunos sectores como el energético. ¿Cuál es su opinión?
No sé los méritos de tener una aerolínea de bandera, porque históricamente siempre les ha ido mal, pero en muchos países los sectores de energía e hidrocarburos están en manos del Estado. Podrían funcionar, cómo no... pero no estamos hablando de velasquismo ni de chavismo.
Se habla de futuros desencuentros en el gabinete que encabeza Salomón Lerner G. ¿Cree lo mismo?
Conflictos van a haber, pero es tarea de Salomón Lerner y del presidente Humala manejarlos. También hubo gabinetes heterogéneos en los gobiernos de Paniagua y de Toledo. Lula tenía un gabinete heterogéneo: los puestos económicos en la centro derecha y gente de izquierda en otros puestos.
Los socios de izquierda de Humala han rechazado la entrega del manejo económico a personajes de la derecha. ¿Durará esa alianza?
Creo que si (Humala) sigue en el centro, habrá algunas pérdidas por el lado de la izquierda. Si estamos hablando de seguir el modelo de Lula, no hay que olvidar que Lula perdió parte de su izquierda y es visto como un éxito. Podría darse la salida de alguna gente de izquierda. Se van a quejar y habrá peleas... pero dependerá de la capacidad política del gobierno.
¿La bancada fujimorista será una piedra en el zapato del gobierno de Humala?
No creo. Humala puede gobernar con una coalición de centro izquierda en el Congreso. Aunque el fujimorismo sea una bancada grande y griten no tendrán mucho impacto. Si quieren renovarse, Martha Chávez no puede seguir siendo la cara del fujimorismo.
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