martes, 8 de mayo de 2012

♣ MINERÍA Y POBREZA


Sigue el diálogo:

Escribe José Rouillon: Pablo, una sola pregunta: ¿es verdad que en donde ha habido inversión en la minería ha habido mayor pobreza, y sus consecuencias....?

Responde Pablo Secada: No lo sé. Creo que sí. 

Yo si lo sé Pablo. No debió haber sucedido a sí, pero así fue. He leido mucho y sigo leyendo y estudiando, pero he caminado horas y horas durante muchos años, más cuando era joven- entre los cerros y los pueblos a lo ancho y largo de nuestro país, y constatado que su gente -nuestros pueblos, nuestros hijos y hermanos peruanos- vivía en la mayor pobreza y miseria, con alta mortalidad infantil, con esperanza de vida que llegaba a los 50 años, sin una posta médica, con población iletrada femenina que llegaba al 70%, con una vida comercial de autoconsumo, con un Estado inhumano-capturado por las empresas privadas que solo buscan su mayor rentabilidad- que los tenía abandonados, sin apoyo a su agricultura, sin créditos, con niños que tenían que caminar 15 km. para llegar a una escuela, etc... eso sí, las inversiones no los beneficiaban, crecían los super-latifundios, los bancos usureros que funcionaban y funcionan con la plata de la propia gente -¡mira sus cuentas, inversiones, propiedades y edificios!- y las construcciones actuales de torres de viviendas con precios casi prohibitivos, con cobros de altas tasas de interés, y con un resultado final: el enriquecimiento de unos pocos. Esto es realidad y no ficción. No hay capitalismo con rostro humano por más que pretendan engañar. No tiene alma ni conciencia.
 
Así ha sido Pablo, los inversionistas -nacionales y extranjeros- que tienen nombre y apellido se la han llevado, y se la llevan, y han dejado a nuestros pueblos abandonados, con plomo en el pulmón de nuestros niños, tomando agua contaminada, tierras arrasadas, niños que no terminan ni la primaria, abandono de la educación pública, y de la rural, con la educación privada en un 60% actualmente, nuestros campesinos muchos tenían que huir o salir de sus pueblos y tierras -problema migracional- porque nadie les da ni les daba esperanza alguna de vida y bienestar. No hablemos  por ahora de la justificación de los grandes latifundios, de la corrupción ni de sus autores y/o actores. 

Estás y estamos de acuerdo que todo esto debe cambiar, pero a fondo, no por encimita. No como hacía Cantinflas en el Sr. Barrendero, poniendo la basura debajo de la alfombra para que no se viera! ¿Por qué seguir distrayendo? ¿Por qué no se quiere respetar la Consulta Previa, y se la amaña y reglamenta durante años y más meses para obviar su obligatoriedad y vinculación con la voluntad de los pueblos? ¿Por qué se manda tropa? ¿Cuánto cuesta eso? ¿Queremos otra Bagua? ¿Quién crea la violencia? ¿Los campesinos? No, no es así. El pueblo está cansado de esperar y que le mientan siempre. Me refiero a la violencia estructural del sistema. No debemos irnos por las ramas.

Pablo, parece que algunos cuando más estudios, méritos y títulos tienen, -¿cómo han crecido las universidades privadas y las variedades de títulos, diplomados y especializaciones para servir a los más ricos- digo que algunos, parece que se vuelven más eruditos, pero irresponsables e insensibles hasta los huesos, se vuelven ciegos y sordos, se olvidan y niegan o tuercen la realidad, reemplazándola por teorías, estadísticas que se acomodan a su gusto, y publicación de libros, y son contratados por las grandes empresas capitalistas.

La desigualdad crece a pesar de las inversiones y crecimiento económico relativo de unos cuantos sectores, pero con programas sociales asistenciales crónicos para calmar la conciencia y modernos. No ven los problemas estructurales.
 
Otros piensan que con mayor penalización y represión y tropa en las calles van a solucionar los conflictos. Están absolutamente equivocados. Colombia ni Honduras son ejemplos.

Pablo, dicen los abogados, que si alguien debe algo, lo debe pagar. Bueno, entonces, hay una deuda histórica de 500 años, que quiénes la deben y son los responsables actuales, la deben pagar. Ya.

Pablo, nuestro país necesita otro direccionamiento, otra visión, otro proyecto y modelo de desarrollo y menos programas sociales. Si, menos programas sociales, aunque suene a escándalo. Desgraciadamente, es casi, un puro engaño.

No mentir, no robar, no ser ocioso.

José.

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