sábado, 25 de abril de 2009

BOSQUES DE UPAYPIYEQ: ÚLTIMA FORNTERA BIOLÓGICA DE LAMBAYEQUE

ANEXO 02 PARTE 5 De Biogeografía de Lambayeque
Colaboración de
Eleazar Mario López Mesones
(Lambayeque) BOSQUES DE UPAYPIYEQ: ULTIMA FRONTERA BIOLOGICA DE LAMBAYEQUE Nephelea erinacea 1. De la ubicación del Abra de Upaypiteq y los Bosques de Neblina. Upaypiteq (Abra silenciosa), se encuentra a una altura de 2750 msnm en los flancos de la vertiente oriental andina de Kañaris, Ferreñafe. Se accede a este impresionante paisaje, a través de una vía carrozable de 54 km de longitud, con respecto al distrito de Pucará (Jaén). Desde la ciudad de Chiclayo, dista aproximadamente, 263 km. El Bosque de Upaypiteq, es conocido desde tiempos pre-hispánicos por los primeros pobladores de esta zona, procedentes de Warmaka. En el camino, rumbo a la Cordillera de Qiwamarka (Jehuamarca, en la Carta Geográfica del Perú), se encuentra vestigios arqueológicos –viviendas construidas con material lítico- y, también en Walte, existen, en plena ladera y en medio del bosque, antiquísimas viviendas construidas con madera. 2. Del viaje e investigaciones a los Bosques de Neblina. El año 1981, tuve la oportunidad de conocer este singular ecosistema, acompañando a un familiar –quién iba por primera vez- a su centro de trabajo en un centro educativo de Kañaris. Desde esta caminata, que duró dos días, me quedé fascinado por conocer estos ambientes. La labor magisterial, posteriormente, me permitió investigar directamente este ámbito, con caminatas inclusive de 21 horas continuas. El Científico naturalista, Manuel Antonio Mesones Muro, el año 1918, atravesó la Cordillera Occidental de Kañaris a través de la ruta: Inkawasi-Kañaris-Sauce. (En aquel tiempo, propiedad del señor, Tomás Castañeda). Alexander Humboldt, ascendió por la cuenca del río Chotano hasta Huambos (Cajamarca), pero no divisó estas formaciones vegetales. Tampoco, Antonio Raimondi, tuvo acceso a esta zona. Inclusive, el Dr., Augusto Weberbauer, no logró ingresar a estos bosques. Hacia la década del sesenta, el Dr. Alfredo Torero Fernández de Córdova, efectúa investigaciones lingüísticas en Kañaris. Los Títulos Coloniales de esta antiquísima Comunidad Campesina (1745), dan el nombre de “Montaña Grande”, a estos extraordinarios bosques. A fines de la dècada de 1980, el botánico, Santos R. Llatas Quiroz, inicia sistemáticamente las primeras investigaciones florísticas. El año 2003, en el mes de octubre, organizamos un viaje de reconocimiento a los Bosques de Upaypiteq, con el Ingº, Aníbal Calderón Vargas, el Dr. Leopoldo Vásques Nuñez y, la Ingª, Patricia Medina Llerena. Nuevamente, en el mes de mayo del 2006, retornamos con el MSc., Santos R. Llatas Quiroz a Kañaris. Sólo logramos llegar hasta el caserío de Laguna. El 10 de junio del 2006, en compañía de los estudiantes de la Facultad de Ciencias Biológicas (UNPRG), GianCarlos Vásquez S., Gustavo Martínez Sovero, Dunalia Llatas C., Judy Chávez Z. Y, el MSc., Santos Llatas Quiroz con el suscrito y, el chofer, Sr. Panta. El viaje de estudio fue bastante fructífero, por la evaluación y colecta, de muestras florísticas y registro fotográfico. 3. Estado actual e importancia del Bosque de Neblina (Nephelohylea) adyacente a Upaypiteq. La construcción de la carretera Pucará-Huacapampa-Kañaris y la extensión de la agricultura de secano, así como la selectiva extracción de madera y la negativa práctica de “Quema de montañas”, están acelerando la destrucción de la “Ultima frontera biológica de Lambayeque”. El año 2003, en el viaje citado, contamos alrededor de cinco palmeras andinas del género: Ceroxylon latisectum, ahora, sólo se puede ver solo una. En un oquedal, en el trayecto hacia el río Kañaryaku, sólo se pudo registrar ocho palmeras en asociación con portentosos helechos arbóreos, Nephelea erinacea (cuatro en total), de casi cuatro metros de altura. Las palmeras se encontraban en plena fructificación, con frutos rojizos, que se podían observar. La depredación de las especies maderables ha sido intensa. Han desaparecido los añosos y gigantescos lanches, las lauráceas, denominadas moenas; tampoco se pudo obervar Cecropias (Warumbos). Las orquídeas han desaparecido con las pasifloras del bosque (granadillas de montaña). Y para rematar con la biota del bosque, se han quemado las montañas del acceso a Tute y Nanpashga. Pero también, un flujo de agua permanente ha sido desviado para darle permanencia a la vía carrozable construida. De inmediato se observa, la invasión de las gramíneas Cortaderia, con su característica inflorescencia semejante a un plumero blanquecino. Junto a la vía carrozable, están los eucaliptos. Con esta intervención antrópica, se han destruido formaciones vegetales y bosques, que han tenido sus orígenes en el período Cretácico, prosperando en estos ambientes, los helechos fósiles del género Weichselia, ahora extintos. Estos bosques han alcanzando su desarrollo en el Pleistoceno (Cuaternario); resistido las glaciaciones cuaternarias y, en el Holoceno, en estas oquedades, existió una increíble diversidad biológica, con megamamíferos (osos de anteojos, felinos, cérvidos y el mágico tapir sudamericano). Además, de primates y maravillosas aves, desde la pava de montaña, hasta el paujil y pillko. Especies faunísticas, que en difíciles condiciones, continuan superviviendo. Está desapareciendo la cascarilla (Cinchona sp). Entonces, la última frontera biológica de Lambayeque, representada por el altísmo dosel –microecosistema formado por las copas de gigantescos árboles-, está siendo destruida, con la generación de agua, la conservación de suelos, la diversidad biológica y sus pisos bioclimáticos. Bromelias, epífitas, orquídeas, musgos, helechos rastreros, peperomias, amarilidáceas; son devastadas por el fuego, fuego de la codicia personal y fuego químico, que no ha podido acabar con los helechos arbóreos. Los responsables, a veces celebran el Día del Medio Ambiente, en el gabinete, compitiendo por exhibir conocimientos sesgados; mientras, en Kañaris, se está produciendo una inenarrable extinción de la biota. Afectando, en un mediano plazo, procesos ecológicos, que van a provocar desertificación, sequías, erosión y variaciones en los pisos bioclimáticos. Debemos considerar, que el Proyecto Hidroenergético Olmos, recibe aportes de agua del río Kañaryaku, el Chorro, Torras y, los riachuelos, Pandachí y Nivintos, que afora a la cuenca Terminal del río Chotano. Antes, hace cincuenta años, los bosques mágicos de Kañaris, generaban biota y procesos ecológicos; ahora, la incineración y la depredación, están terminando con este relicto más valioso de la Cordillera Occidental del norte del Perú. 4. Quién habla en nombre de los Bosques Montanos Relicto. En un artículo, con similar título, el Dr. Marc Dourjanni, se planteaba esta interrogante. Y, efectivamente, ahora se requieren prioritarias acciones para estudiar científicamente estos bosques y conservarlos en jardines fitogenéticos, impulsando una pedagogía ambiental orientada a valorar, identificar y usar racionalmente las especies florísticas y faunísticas de la zona. En nuestras acciones perentorias, debe estar la intervención institucional y comunal para deterner la destrucción de la última frontera biológica de Lambayeque. No podemos refugiarnos en la inacción y el silencio, cuando los bosques de la selva de neblina de Upaypiteq, se están destruyendo; implicando una extinción por causas antrópicas, de cien millones de vida en este ambiente del norte del Perú.

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