El fascismo siempre lo quiere controlar todo, a las buenas o a las malas. El fascismo no es un sistema político o teórico, es una enfermedad de la violencia para callar voces contrarias o con el asesinato o con la ley.
Así como desprecia los derechos humanos, la corrupción es su gloria, ama la corrupción, pero, lo que más ama es el control de los medios de comunicación y la censura.
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