domingo, 16 de agosto de 2009

LITERATURA PARA NIÑOS Y JÓVENES: LIBROS DEL CAPITAN

Libros del capitán Por: Jorge Eslava Caballito de madera En el Perú hemos tenido escasas revistas de creación literaria infantil; tal vez la de mayor difusión ha sido “Urpi”, que aparecía como suplemento del diario “La Prensa”, bajo la dirección de Gladys Padró; en tanto “El Cabezón”, editada por el colegio Los Reyes Rojos, sigue siendo la más efervescente y longeva. Sin embargo, ninguna se propuso divulgar la producción de literatura para niños ni reflexionar sobre el género. Entrar a la Web del Cabezón: http://www.losreyesrojos.edu.pe/contenido.php?nivel=4&ciclo=1&pagina=2&curso=0 Es una suerte para los educadores que ese sea el propósito de la flamante revista virtual “Caballito de madera.org”, dirigida por Mariana León y cuyo comité está integrado por cuatro egresadas de la primera maestría de Literatura Infantil de la UCSS. En su número inicial reúne valioso material en torno al humor y el ciberespacio, además de entrevistas y un manojo de reseñas. A cabalgar en sus páginas: montura y arnés están dispuestos para ampliar nuestros conocimientos y dialogar con exigencia sobre un asunto tan controversial. Historias con luz propia Sin desmerecer a las autoras, este es uno de esos libros que enamoran a primera vista. La responsabilidad recae sobre el diseño y las ilustraciones del gran artista colombiano Alekos: las orlas de las páginas, la simpática soltura del trazo, los colores bizarros y la magnitud desproporcionada de los personajes alegran la mirada desde un súbito contacto. La historia es muy inquietante: dos niñas que vienen de jugar en el parque, suben a sus casas, cuando de pronto se va la luz del edificio y quedan encerradas en el ascensor. Para esquivar el miedo, deciden contarse cuentos y así despliegan la fosforescencia de su imaginación. Una de las niñas cuenta la increíble fábula de Luna Chiquita, una figura redonda que había caído del cielo y es restituida gracias al auxilio de un avestruz, que le descubre la sonoridad de las palabras. Luego la otra niña se las ingenia para narrar las aventuras del gigante Tim y de su mejor amigo el enano Aristóteles, infatigable contador de cuentos. Nuevamente el lenguaje de la ficción —compartido y disfrutado— actúa como salvación contra el miedo y el desamparo en esa cabina oscura. Dos lindas historias, en el marco de una principal, para leer y generar muchas más. PEQUEÑOS LECTORES Los juguetes de Alida La musicóloga Rosa Alarco refiere curiosas anécdotas de José María Eguren y su grupo de escritores llamado “Los Duendes”. Reproduzco unas líneas: “Entre las alegres complicidades de Sombras y Lunas, los insomnes Duendes nos citábamos en la Juguetería de la Noche a mataperrear como niños con los pensamientos, los ensueños y la poesía”. Era una cofradía estética que formaba rondas infantiles y leía literatura esotérica a la luz de unas velas. Los aquelarres solían llevarse a cabo en el Bosque del Olivar o en el sótano de la casa de Alida Elguera, en el antaño elegante Paseo Colón. De aquella anfitriona es poco lo que conozco. Publicó el libro para niños “Juguetes” (Lima, 1929), con ilustraciones de Vinatea Reinoso. Escribió además “Cruces del camino” (poemas, 1947) y “De tanto vivir” (cuentos, 1979). Se le atribuye ser la autora inaugural en nuestra literatura infantil; en cierto sentido, es cierto. Aunque Valdelomar había publicado once años antes “El caballero Carmelo”, donde aparecen por primera vez protagonistas niños. Lo que es indiscutible de “Juguetes” es que está dirigido ex profeso a pequeños lectores y eso lo distingue. El libro lleva el subtítulo de “Cuentos de Navidad” y contiene diez historias breves, a manera de estampas vivaces. La prosa de Elguera es muy delicada, libre de la afectación que podríamos sospechar. Sin embargo, por el tema pascual y los aires de época, rebosa un tono de catecismo que contrae la espontaneidad de los personajes: los adultos preocupados por dar lecciones de moral, mientras los niños demasiado pendientes de su arrepentimiento y conversión. No obstante, lo más incómodo es la perspectiva aristocrática de la narradora, que divide la sociedad entre ricos y pobres; no como un problema social, sino como un orden divino. Y entre estos dos bandos se desarrollan los cuentos, con situaciones dramáticas que se resuelven mediante la prepotencia o la caridad. Acaso el cuento más significativo sea “Madrecita”, en que “una chiquilla pobre, desdichada, raquítica” provoca la caída de una muñeca que se exhibe en una vidriera, a la que siempre acude a contemplarla. En el suelo, hecha trizas, la muñeca recibe la atención desconsolada de la niña, mientras “un hombre le dijo, entonces, dándole con el pie: -¡Afuera con todo! ¡Tú y tu basura ¡No quiero que me dejes nada en el suelo! ¿Entiendes?”
El Comercio
Entrar a la Web de Caballito de Madera: http://www.caballitodemadera.org/
Aquí otra página de literatura para niños:http://www.educared.org.ar/imaginaria/01/2/soriano.htm

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