EL LECTOR INEFICIENTE
El lector ineficiente lee palabra por palabra. Centra sus ojos en cada palabra porque teme que si no absorbe todas y cada una de ellas va a perder algo.
El lector ineficiente es por naturaleza muy detallista en todo lo que hace y siente que leyendo palabra por palabra va a sacar el máximo beneficio de lo que lee. Cree que leer despacio aumentará la comprensión y concentración.
Desafortunadamente esto no es así. Su concentración se debilita pronto y pierde interés por lo que está leyendo. Este tipo de lectura se convierte en algo aburrido, tedioso, y los libros pasan a ser su mayor enemigo.
El lector ineficiente se concentra tanto en cada palabra que pierde las ideas y conceptos importantes que el autor busca transmitir. Se podría decir 'no ve el bosque' porque está muy ocupado en mirar 'los árboles'.
Los ejercicios de lectura veloz y búsqueda de ideas centrales ayudan al lector ineficiente a cambiar de hábitos y desarrollar mayores habilidades para la lectura.
Aprenden rápidamente a buscar ideas importantes y detalles significativos, en vez de concentrarse en palabras individuales. Se divierten con la lectura y logran sus metas con eficiencia.
EL LECTOR EFICIENTE
El lector eficiente lee con un propósito en mente y ajusta su velocidad de lectura a ese propósito. Si está leyendo el diario para obtener una idea de los acontecimientos importantes del día, lo lee rápidamente. Busca lo más trascendente y omite detalles menores.
Por otra parte, si está leyendo un manual técnico para aprender cómo manejar una computadora, disminuye la velocidad de lectura e incluso se detiene para comprobar lo que acaba de leer.
Si bien el lector eficiente cambia su ritmo de lectura al cambiar de material, hay algo que nunca varía : la búsqueda de las ideas que le permiten alcanzar su propósito.
El lector eficiente no se concentra en palabras sueltas, lee grupos de palabras. Prioriza la comprensión y 'ataca' el material con un vigor que incrementa su concentración.
Si el texto es extenso, el lector eficiente divide el material de lectura y programa el tiempo. De esta manera concentra el esfuerzo y se automotiva para alcanzar una meta doble: leer durante el tiempo y la cantidad necesarios.
Para el lector eficiente leer no es cansador, es una actividad que realiza con un objetivo variable que finalmente alcanza con éxito.
sábado, 27 de junio de 2009
LECTOR INEFICIENTE Y LECTOR EFICIENTE
EL LECTOR INEFICIENTE
El lector ineficiente lee palabra por palabra. Centra sus ojos en cada palabra porque teme que si no absorbe todas y cada una de ellas va a perder algo.
El lector ineficiente es por naturaleza muy detallista en todo lo que hace y siente que leyendo palabra por palabra va a sacar el máximo beneficio de lo que lee. Cree que leer despacio aumentará la comprensión y concentración.
Desafortunadamente esto no es así. Su concentración se debilita pronto y pierde interés por lo que está leyendo. Este tipo de lectura se convierte en algo aburrido, tedioso, y los libros pasan a ser su mayor enemigo.
El lector ineficiente se concentra tanto en cada palabra que pierde las ideas y conceptos importantes que el autor busca transmitir. Se podría decir 'no ve el bosque' porque está muy ocupado en mirar 'los árboles'.
Los ejercicios de lectura veloz y búsqueda de ideas centrales ayudan al lector ineficiente a cambiar de hábitos y desarrollar mayores habilidades para la lectura.
Aprenden rápidamente a buscar ideas importantes y detalles significativos, en vez de concentrarse en palabras individuales. Se divierten con la lectura y logran sus metas con eficiencia.
EL LECTOR EFICIENTE
El lector eficiente lee con un propósito en mente y ajusta su velocidad de lectura a ese propósito. Si está leyendo el diario para obtener una idea de los acontecimientos importantes del día, lo lee rápidamente. Busca lo más trascendente y omite detalles menores.
Por otra parte, si está leyendo un manual técnico para aprender cómo manejar una computadora, disminuye la velocidad de lectura e incluso se detiene para comprobar lo que acaba de leer.
Si bien el lector eficiente cambia su ritmo de lectura al cambiar de material, hay algo que nunca varía : la búsqueda de las ideas que le permiten alcanzar su propósito.
El lector eficiente no se concentra en palabras sueltas, lee grupos de palabras. Prioriza la comprensión y 'ataca' el material con un vigor que incrementa su concentración.
Si el texto es extenso, el lector eficiente divide el material de lectura y programa el tiempo. De esta manera concentra el esfuerzo y se automotiva para alcanzar una meta doble: leer durante el tiempo y la cantidad necesarios.
Para el lector eficiente leer no es cansador, es una actividad que realiza con un objetivo variable que finalmente alcanza con éxito.
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