jueves, 7 de mayo de 2009

CIENCIA Y TECNOLOGÍA COMO PROBLEMA EDUCATIVO CULTURAL

La presente nota es un jalón de orejas principalmente para los que controlan la economía en nuestro Perú, que el problema científico tecnológico es un problema educativo cultural pero, ante todo un problema político económico. Es decir está en la decisión política de los gobernantes de turno para que nuestro país se desarrolle científica y tecnológicamente, esa decisión va a estar determinado por su grado de educación y cultura, es decir que están pensando como prioridad para el desarrollo de un país. lo económico se dará gracias a esas decisiones. Lamentablemente en el Perú no tenemos todavía un Presidente con su Ejecutivo con esa talla cultural. Todos y el aprista actual peor todavía, han pensado y piensan que el desarrollo sólo lo da el capital privado internacional. Jamás han pensado en producir nuestras propias riquezas, menos será entonces en producir nuestra propia tecnología. Es bueno el apoyo, pero, para construir lo nuestro. Lea el siguiente informe y saque sus conclusiones: Ministro brasileño dice que se debe perder el miedo a invertir en ciencia Titular de Ciencia y Tecnología del gigante sudamericano afirma que es necesario un cambio de cultura y apostar por la capacitación de las personas. Bruno Ortiz Bisso Enviado Especial Brasilia.- En los últimos años el nombre de Brasil ha estado en boca de todos, en las más variadas discusiones, principalmente por razones vinculadas a la investigación científica: es mencionado cuando se habla de combustibles alternativos, de nanotecnología y biotecnología, de desarrollo de medicamentos, y, últimamente, cuando se habla de televisión digital. ¿A qué se debe todo eso? Pues a que desde hace más de 50 años en el país vecino se empezó a apostar por la capacitación de sus ciudadanos y, luego, a brindar los recursos necesarios para investigar y obtener resultados. Sin embargo, no se trata de un camino de rosas. Así lo afirma Sergio Rezende, ministro de Ciencia y Tecnología de Brasil, quien asegura que además de motivar a las autoridades para que asuman un compromiso real con estas áreas, se necesita confianza para las inversiones, pese a que el retorno no se verá en el corto plazo. “La desconfianza en lo que se puede lograr con la ciencia y la tecnología ya se ha convertido en una cuestión cultural. Por ejemplo, los empresarios en Brasil no creen que aquí mismo podemos hacer productos de nanotecnología, investigaciones en biotecnología o desarrollar un medicamento nuevo u otros productos avanzados. Creen que solo sabemos jugar al fútbol, hacer música y arte. Se trata de un tema cultural y eso se tiene que cambiar. Los resultados de la innovación son a largo plazo, pero son resultados muy beneficiosos”, explicó Rezende en conversación con El Comercio, desde la sede del Gobierno en Brasilia. PESO MINISTERIAL Una de las particularidades que tiene Brasilia es que se trata de una ciudad muy ordenada. Por ejemplo, todos los ministerios se encuentran en un solo lugar: la Explanada de los Ministerios, ubicada en el Eje Monumental Este. Se trata de 17 edificios exactamente iguales en diseño, tamaño y color, que están ubicados a ambos lados de la calzada. En una de esas construcciones está la sede del Ministerio de Ciencia y Tecnología. ¿Era necesario tener un ministerio dedicado al tema? Para Rezende, sí. “Nuestros países no tienen una tradición en esos campos, pero otros más desarrollados como Alemania, Estados Unidos o Japón sí la tienen. El apoyo a la ciencia básica lo realizan a través de los ministerios de Educación o mediante la cooperación con nuevas industrias. Países como los nuestros sí necesitan apoyo. ¿Por qué? Porque hace falta colocar el tema en un primer nivel político, discutir de estos temas con otros ministerios y directamente con el mismo presidente”, explica Rezende, un científico reconocido que luego de cuarenta años de ejercicio profesional, desde el 2005 está a la cabeza de esta institución. En Brasil parece que el interés por el tema es real. Existe un consejo de Ciencia y Tecnología que es encabezado por el presidente Lula da Silva y es integrado, además, por 11 ministros, así como por miembros de la comunidad científica y empresaria. Sin dudas, la pregunta que se cae de madura es: ¿Qué se necesita para convencer a quienes toman las decisiones que se debe invertir en ciencia y tecnología? Para el ministro Rezende se necesita de una opinión pública que muestre ejemplos concretos. El Comercio

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