sábado, 9 de mayo de 2009
POESÍA A MI MADRE
A MI MADRE
Mi madre era caridad,
amor y solidaridad.
Hubiéramos sido doce,
se le murió la primera
toce, toce y toce.
Era muy pobre como muchos.
A veces no tenía que servirnos,
entonces mascullaba la miseria
y repartía sus virtudes.
Era muy bonita
como ella sola, Doña Aguedita.
Con sus dedos la vida araba
y con sus lágrimas la regaba,
sacaba el pan como una náufraga
y sin fragua la multiplicaba.
Y más hermosa como madre
Y más grande como “padre”
Y nunca nos abandonó.
El maldito cáncer a traición
la atacó sin contemplación
Y, con la muerte al instante
forcejeó desafiante.
No seré tu capricho,
un primero de noviembre moriré
Y así cumplió lo dicho,
fue como ella quiso.
De enero terminal que se pronunció
1º de noviembre falleció.
Para no vivir de aflicciones,
De su vida saco lecciones,
Su recuerdo es aliento, acero puro.
muy seguro con su partida
Sólo nos adelantó la ida
Así es pues la vida
¡GLORIA ETERNA DOÑA AGUEDITA!
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