Afuera, Copenhague se transformó en un efervescente centro mundial de activismo, foros y planificación de protestas contra el cambio climático. En una plaza, la escultura de hielo de un oso polar se derrite día a día, y una exposición de fotografía al aire libre muestra lo s “100 lugares para recordar antes de que desaparezcan”. Mientras la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos designó esta semana al dióxido de carbono como una amenaza a la salud pública, el Presidente Barack Obama dijo que no hay posibilidades de que surja un acuerdo vinculante de esta cumbre. Muchos ven a Estados Unidos como uno de los principales obstáculos para ello y están aprovechando la oportunidad para reclamar un papel de liderazgo en lo que el escritor y activista ambientalista Bill McKibben describió como “el encuentro diplomático más importante en la historia del mundo”. No solo están en juego las normas que regirán la economía mundial, impulsada por los combustibles fósiles durante más de un siglo, sino también la propia existencia de algunas naciones y culturas, desde los trópicos al ártico. Dramas La República de Maldivas, una isla en el Océano Índico, envió a Mohamed Axam Maumoon, de 15 años de edad, como su embajador del clima. Luego de asistir al Foro Infantil sobre el Clima, me dijo: “Estamos vivendo al borde del precipicio, todo el mundo está hablando de esto ahora, porque nuestro país es tan frágil, en el sentido de que solamente nos protegen barreras naturales, como los arrecifes de coral y las playas de arenas blancas. Pero más allá de eso, no tenemos las necesidades básicas cubiertas ni los fondos necesarios para de hecho construir, digamos, barreras, barreras artificiales alrededor de la isla. Entonces estamos totalmente sujetos al cambio climático”. La mayoría de las 200 islas habitadas de las Maldivas se encuentran, a lo sumo, a un metro sobre el nivel del mar y el aumento del nivel del mar previsto dejaría al país bajo el agua. A su corta edad, Axam entiende la enorme amenaza que él y su país enfrentan y formula la pregunta que tiene para los habitantes del mundo desarrollado de una manera cruda: “¿Ustedes cometerían este homicidio, incluso aunque les estemos suplicando que tengan piedad y que dejen de hacer lo que están haciendo, que cambien su modo de vida y dejen que nuestros hijos vean el futuro que queremos construir para ellos?”. Mucho más al norte, en Arctic Village, Alaska, los pueblos indígenas luchan por su supervivencia. Sarah James es una anciana que preside el Comité de Dirección del pueblo Gwich’in. La conocí esta semana en el Klimaforum09 en Copenhague, también denominado ‘La Cumbre del Pueblo’. Sarah me dijo: “El cambio climático, el calentamiento global son reales en el Ártico. Hay mucha erosión debido a que las capas subterráneas de hielo se está derritiendo. Cuando eso sucede el agua corre hacia otro lago, otra agua, otra corriente de agua, cuando la tierra se agota. Y luego, después de eso se seca, y provoca muchos incendios y mucha erosión. Y el fuego se extingue y provoca sequía. Y el verano pasado, hubo un incendio durante todo el verano, no había visibilidad. En la primavera pasada, 20 aldeas se inundaron a lo largo de Yukon. Y a lo largo de Yukon, hay alrededor de sesenta aldeas dentro de la zona de Yukon, que se quedaron sin pescado”. Las economías emergentes, como China e India, están creciendo rápidamente y se están convirtiendo en unos de los mayores emisores de carbono; sin embargo ninguno se acerca a los niveles de emisión per cápita de Estados Unidos. Contando apenas con el 4 por ciento de la población mundial, Estados Unidos produce alrededor del 25% de los gases de efecto invernadero del mundo. El modelo del siglo pasado fue claro: si quieren escapar de la pobreza, hagan crecer a su economía mediante la industrialización, usando combustibles fósiles como su principal fuente de energía. Sin embargo, las naciones ricas aun no están dispuestas a pagar el daño ambiental que causaron, o a cambiar en forma considerable el modo en que funcionan. Pobreza El autor Ross Gelbspan dice que la pobreza es la raíz del problema: erradiquen la pobreza y la humanidad podrá resolver la crisis climática. Gelbspan afirma que orientar el planeta hacia el desarrollo de una economía ecológica puede constituir el mayor programa de empleo de la historia, puede crear más igualdad entre los países, y es necesario implementarlo de inmediato para evitar una catástrofe. El martes, en un intervalo de las sesiones en el Bella Center, un grupo de activistas disfrazados de extraterrestres, con trajes espaciales blancos, piel verde y anteojos protectores irrumpió en la zona de la cafetería, que estaba repleta de miles de personas. “¡Llévennos con sus líderes del clima!” exigieron. “¡Mué strennos su tratado vinculante!”. En el clima diplomático enrarecido de la cumbre, estas humoradas llaman la atención. Pero los pedidos del mundo en vías de desarrollo, tanto dentro como fuera de la cumbre, de reducir las emisiones y compensar a los países de África, Asia y América Latina por los efectos devastadores del calentamiento global que ellos no provocaron, no son motivo de risas. Los manifestantes están delineando una estrategia de confrontación para la semana próxima, ya que más de 100 líderes mundiales llegarán a Copenhague para participar de la cumbre. La consigna de lucha en el Klimaforum09 fue expresada la primera noche por Nnimmo Bassey, de la organización ambientalista Environmental Rights Action de Nigeria: “Nos mueven tres palabras clave. Y me gustaría que las repitieran en voz alta. La primera palabra es movilizar, la segunda es resistir y la tercera, transformar. Resistir, movilizar, transformar”. La gente lidera, mientras los políticos hablan. Sonrisas y tensiones en la cumbre Una tonelada de papel y otra de correos electrónicos son parte del calentamiento global de la atmósfera en un ámbito tan peculiar como el Bella Center de esta capital, donde las sonrisas esconden las tensiones cotidianas. La Cumbre sobre Cambio Climático o Conferencia de las Partes de Naciones Unidas (COP15) cierran su primera semana de debates sin que afloren por el momento propuestas concretas que en realidad terminen por salvar al planeta. Tenemos el temor de que la dispersión de ideas y la confrontación entre un grupo de países ricos poco dispuestos a abrir sus billeteras, hagan fracasar esta enorme oportunidad para el mundo, dijo un vocero de la Red Action Clima de Francia. En un comunicado, Oxfam International, que agrupa a 14 ONGs, reconoció con amargura que las iniciativas del bloque de los poderosos son hasta ahora “vagas, evasivas, sin un centavo sobre la mesa para ayudar a los pobres en la cruzada climática”. Aunque la ONU pondera un encuentro hasta el 18 de diciembre “profundo, constructivo y de largos alcances”, de momento lo perceptible es el encontronazo del primer mundo con los menos desarrollados, la vigilancia de las ONGs, y el escepticismo. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) lanzó otro llamado de emergencia a tono con las declaraciones recientes de Roma, donde se expuso el panorama gris de más de mil millones de personas con hambre en el orbe. Se agravará el asunto y será una crisis indetenible si a la hambruna que ya padecen tantas personas, se les suman otras afectadas por los embates de la naturaleza, recalcó el PMA. Una propuesta del magnate financiero George Soros para desbloquear el debate sobre la financiación de medidas contra el cambio climático fue valorada por Oxfam International, al comentar que refleja la urgencia correcta que se necesita de los ricos. La ONG deploró que casi a la mitad de la COP15 los gobiernos del Norte han evitado comprometerse respecto a la financiación necesaria de al menos 100 mil millones de dólares hasta el año 2020 para adaptarse a los destrozos causados por el cambio climático. Es lo mínimo que se puede hacer por el Tercer Mundo, remarcó. Estados insulares Un rotundo no mantienen hoy los 42 estados insulares presentes en esta ciudad capital de Dinamarca sede de la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático (COP-15), ante intentos de imponer un acuerdo mediatizado. La AOSIS, la alianza que une a esos Estados, declaró que no aceptará un pacto débil en esta cumbre de Copenhague y retomó la demanda de un trato jurídicamente vinculante que limite el calentamiento global a 1,5 grados centígrados. De no ser así, a los efectos de “algunos países estamos hablando de un hundimiento total”, insistió el vicepresidente del grupo y representante de las Islas Salomón, Collin Beck. Si se tratara de un tope superior a los 1,5 grados, estaríamos obligados a discutir de cuestiones como la reubicación, la migración y la indemnización, agregó. La desesperación en algunos atolones del Pacífico llega a tal extremo que Tuvalu desentonó ayer en el concierto de la AOSIS al instar a mandatos de recortes de gases contaminantes para ricos y pobres por igual, en una acción considerada delirante por los países emergentes que componen el Grupo de los 77, Arabia Saudita al margen. Para la alianza de las islas del Pacífico, el Índico y el Caribe toda propuesta para limitar el calentamiento global a 2,0 grados centígrados respecto a la etapa pre-industrial, la más promovida en el seno de la Conferencia, expondría a sus miembros a inundaciones catastróficas con el aumento de los océanos. “Hemos estado hablando sobre el cambio climático durante 20 años y, desafortunadamente, tuvo que llegar una crisis para lograr la atención del mundo”, comentó Beck. Empero, acotó, “la Asociación no aceptará un acuerdo débil.” A su vez, Dessima Williams, de Granada, la isla caribeña que preside la AOSIS, declaró que “no es posible aceptar un aumento de la temperatura de más de 1,5 grados centígrados”. En conferencia de prensa el jueves, cuarta jornada de negociaciones para un acuerdo global llamado a frenar el desastre climático, la embajadora Williams reiteró que la responsabilidad de reducir las emisiones de gas de carbono (CO2) y de financiar la lucha mundial contra el cambio climático recae en su mayoría en los países industrializados. Amy Goodman Visiones Alternativas La Primera
sábado, 12 de diciembre de 2009
♣ CLIMA CALIENTE EN COPENHAGUE, LOS POLÍTICOS HABLAN LOS LÍDERES ACTÚAN
Clima caliente en Copenhague
”Los políticos hablan, los líderes actúan”, decía el cartel en la entrada del Bella Center en Copenhague, el día en que se inauguró la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Dentro del centro de conferencias, las delegaciones oficiales de 192 países y cientos de ONGs -alrededor de 15.000 personas en total- están participando de dos semanas de reuniones con el fin de lograr un acuerdo mundial para evitar el catastrófico cambio climático en el mundo. Cinco mil periodistas están cubriendo el evento.
(1) Muchas palabras, mucha pompa, pero no hay avances en la Cumbre. (2) Mientras los líderes hablan, la destrucción del planeta continúa. (3) También en las calles de la capital de Dinamarca, el ambiente está tenso.
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