miércoles, 8 de julio de 2009

HONDURAS Y LA MANO DE LA CIA (Parte II)

HONDURAS Y LA MANO DE LA CIA (Parte II) Enviado por: C�sar Augusto Cando Mendoza (futepichincha@hotmail.com) La Mano del Pentágono Fuentes cercanas a Washington han confirmado que el Pentágono, a través de la misión militar (grupo militar) de Estados Unidos en Honduras, ha estado trabajando con los militares golpistas involucrados en el golpe de Estado contra el Presidente Zelaya. El Comando Sur realiza anualmente cerca de 55 maniobras con las fuerzas armadas de Honduras. La misión militar de la embajada de Estados Unidos en Tegucigalpa financia a las fuerzas armadas de Honduras aproximadamente con dos millones de dólares cada año, y eso no incluye los millones de dólares que Washington suministra a través de otros programas de cooperación con Honduras y la gran inversión en la base militar de Estados Unidos en Soto Cano, Honduras. El Congreso a la carga contra Zelaya Miembros del congreso golpista de Honduras anunciaron que durante la semana anterior al zarpazo habían celebrado reuniones con el embajador de Estados Unidos en Tegucigalpa, Hugo Llorens. Incluso, un congresista hondureño declaró que el embajador quería que dejaran que se realizara la encuesta programada para el domingo pasado sobre un futuro referéndum para la convocatoria de una asamblea constituyente, porque “más adelante podemos resolver el problema de la reforma constitucional, no se preocupen”. Pero, según el congresista, no querían esperar hasta noviembre y permitir que Zelaya, junto al pueblo, “tomara decisiones sobre el futuro del país”. Otros aparatos La Agencia Internacional de Desarrollo de Estados Unidos (USAID) financia a grupos de la llamada “sociedad civil” en Honduras con más de 50 millones de dólares al año. A través de la National Endowment for Democracy (NED) y el Departamento de Estado, también canalizan millones de dólares y ayuda estratégica a los principales partidos y organizaciones políticas en Honduras a través del Instituto Republicano Internacional, el Instituto Demócrata Nacional y otras agencias de Washington. Grupos como Paz y Democracia, que salieron a la luz pública ayer respaldando el golpe de Estado en Honduras, reciben parte de ese dinero procedente de los autodenominados “promotores de la democracia”. Washington ha admitido que tenía conocimiento previo del golpe de Estado en Honduras desde hacía más de una semana, anterior al zarapazo. En declaraciones a la prensa, dos voceros del Departamento de Estado comentaron que su embajador y un equipo de la diplomacia estadounidense “estaban en conversaciones” con los actores principales del golpe desde hace un mes. Esas “conversaciones” se intensificaron durante la semana pasada, cuando el embajador estadounidense en Tegucigalpa, Hugo Llorens, se reunió tres veces con los militares golpistas y los grupos civiles para tratar de buscar otra salida. El peligro perder Soto Cano Washington no quiere arriesgarse al cierre de su base militar en Soto Cano y a la expulsión de sus 600 efectivos militares. La mayoría de las fuerzas armadas hondureñas y los altos oficiales que han participado en el golpe son aliados y socios importantes del Pentágono. Las actuaciones del presidente Zelaya de construir un terminal civil en Soto Cano y autorizar vuelos internacionales comerciales, realizadas con los fondos del ALBA, se podrían entender fácilmente como una amenaza para el futuro de la presencia militar estadounidense en Honduras. Además de otras razones, ésta podría explicar la ambigüedad pública de Obama frente al golpe en Honduras. Aparte de una entrevista publicada por El Heraldo (03-07-09) “La Corte ordena a las Fuerzas Armadas confiscar todos los materiales relacionados con esta encuesta. Esa es la orden inicial que nos dan a nosotros. Ya ellos tenían la orden de captura lista y la entregaron la noche del sábado. Pero Micheletti se reunió con la cúpula militar. Nosotros no nos reunimos con Micheletti ni jueves ni viernes. Yo por lo menos no. -¿Ni la cúpula militar? -¡Ah!, bueno, eso ya es otra cosa, pero yo no he estado en ninguna reunión ni puedo dar fe de una reunión de la junta de comandantes, porque no estuve ahí. Mi función como asesor jurídico es asesorar al jefe del Estado Mayor Conjunto. Yo estuve cuando entregaron la orden de parte de la Corte Suprema de Justicia. - Y supongo que se reunieron a medir las consecuencias. Ya esa parte ya no la puedo tocar por situaciones que ustedes conocen… -...No. O que ustedes se imaginan… -…Tampoco. Bueno… -¿Y cómo justifica legalmente llevarse al presidente en un avión? El viernes el presidente, a la cabeza de una turba, asaltó la Fuerza Aérea para llevarse un material que había confiscado el Ministerio Público. El comandante de la Fuerza Aérea (General Miguel Ángel García Padgett) tenía dos opciones: disparar a la muchedumbre o abrir los portones. Uno como soldado mide qué pesa más y eso en derecho se llama “estado de necesidad”. Aunque no nos gustó que se invadiera la Fuerza Aérea, el comandante tomó la decisión acertada porque midió las consecuencias de cualquier otra decisión. Cuando decidimos sacar a este señor del país se hizo en una situación similar.¿Qué era más beneficioso, sacar a este señor de Honduras o presentarlo al Ministerio Público y que una turba asaltara y quemara y destruyera, y que nosotros tuviéramos que disparar? -Dice “nosotros tomamos la decisión…”. ¿Quiénes la tomaron? -Yo hablo del conjunto de las Fuerzas Armadas. La decisión de sacarlo a Costa Rica la tomamos nosotros como Fuerzas Armadas. La Junta de Comandantes. - ¿Y el general Romeo Vásquez estaba ahí? - Sí, claro. Medimos las consecuencias de lo que iba a suceder si nosotros lo dejábamos en el país. Medimos los riesgos y lo que podía suceder. -Hay una orden de la Corte Suprema y ustedes actúan en función de esta orden, pero cuando deciden sacar al presidente del país lo hacen por encima de todos los estamentos jurídicos del Estado. - Claro, pero porque era para el bienestar del Estado. Ese “estado de necesidad” que le digo es un eximente en el Código Penal, artículo 24. Analizamos la situación jurídicamente y se le dijo al general que era más conveniente sacar a ese señor. -¿Cuándo se toma esta decisión? - El domingo en la madrugada, cuando y a estaba en marcha la operación. -Cuando ustedes deciden ir a capturar al presidente, ¿quién es la cabeza del Estado? Obviamente hay un vacío de poder. Por ley quien lo tiene que suceder es el presidente del Congreso, y nosotros en ningún momento asumimos funciones de poder porque tanto la Corte Suprema que había dado la orden como el Ministerio Público y el Congreso Nacional estaban encima de la situación. - Esa decisión de sacar al presidente Zelaya del país tiene consecuencias políticas y jurídicas, y las Fuerzas Armadas se abrogaron la facultad de tomar una decisión que iba a tener este tipo de consecuencias" (Hasta aquí el aparte)

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