lunes, 19 de octubre de 2009

♣ PATERNIDAD, SOCIEDAD Y PSIQUIATRÍA

La nueva paternidad Del 22 al 25 de octubre se llevará a cabo en Lima el XI Congreso de la Sociedad Peruana de Psicoanálisis. El encuentro convoca a psiquiatras, psicólogos y psicoanalistas del Perú y el mundo, que este año debatirán sobre el rol del padre y las nuevas funciones que le da la sociedad del siglo XXI. Según los especialistas ya no debe existir el padre que domina a la familia, sino aquel que puede intercambiar roles con la madre. La psicoanalista María Paz de la Puente, plantea aquí que es el momento de centrar la atención en el padre para determinar cuáles son sus nuevos desafíos y cuál debe ser su actitud. Por María Isabel Gonzales ¿Por qué se elige este momento para hablar sobre la cuestión paterna? –La primera preocupación del psicoanálisis fue la sociedad patriarcal. Eso hasta hace unos cincuenta años, cuando la psicología cambió de orientación hacia la madre y su relación con el hijo: lo más importante era saber qué ocurría en la mente de un niño en los primeros años de vida en relación a su madre, a quien se consideraba la única con autoridad sobre el hijo durante esta etapa. Sin embargo, hoy en día podemos ver que los hombres y mujeres intercambian roles y funciones de una manera mucho más fluida y sensible que en tiempos anteriores cuando existían estereotipos bastante marcados para ambos sexos. Esa flexibilidad nos ha costado mucho como seres humanos, el hombre está buscando cómo ubicarse en estos cambios. Como resultado de ello, podemos ver a un hombre usando recursos que se pensaba no tenía. Se ha demostrado que los hombres que han debido hacerse cargo de los niños desde muy temprano lo han hecho muy bien, con cualidades que se asumían maternales y que hoy en día son intercambiables. Tanto hombres como mujeres tenemos funciones maternas y paternas, independientemente del género o del sexo biológico. –Se creía que la familia nuclear era la ideal, pero en nuestros días vemos que los divorcios y separaciones aumentan sometiendo a los hijos a cambios que no esperaban. ¿Cómo debe lidiar el padre con esta situación? –La familia ideal nunca existió. Que fuera constituida por un padre, una madre y los hijos no significaba que fuera sólida. Actualmente hay muchos tipos de unión, desde los padres que se separan y optan por una nueva pareja hasta las lesbianas que tienen hijos y los gays que adoptan, pero lo importante es que tanto la función materna y la función paterna estén siempre presentes. La función materna es de protección y de empatía, mientras que la función paterna es de organización y seguridad, ayudar a sus hijos a construir una identidad con la que puedan abordar el mundo y a la vez a separarse de la unión con la madre. Tener una familia con padre y madre no garantiza la salud emocional. Tampoco se puede decir que una madre sola o una pareja de lesbianas necesariamente criarán hijos con problemas. Entonces son las funciones mentales maternas y paternas las que hacen un balance en la mente de cada persona. Lo demás lo dirá la vida y la evolución de esa persona en su familia y en la cultura. –¿Cuáles son esas funciones mentales de las que habla? – Lo femenino, entendido como una función, sería entre otras cosas una capacidad receptiva, de formar parte de otro, de empatía, de fusión y de interioridad. Lo masculino como función provee los instrumentos internos para dirigirse al mundo social y de la cultura. Son necesarias ambas funciones para recibir a un niño cuando es muy pequeño y luego acompañarlo en su contacto con el mundo externo. Si tanto un hombre como una mujer pueden tener ambas funciones, o no tenerlas o tener solo una de ellas, la polémica respecto a si la presencia física del padre era importante aumentó y especialmente la confusión. Tanto los feministas como los machistas saltaron según la vena fanática en la cual pudieran encontrarse. La única manera de llegar a algún tipo de acuerdo es la observación en vivo y en directo de las familias, la patología o la salud emocional que se derivan de cada composición familiar en particular. Sería difícil generalizar. –¿Por qué es importante que la función paterna no falte? –Dicha función le da a un ser humano la noción interna (en la mente) y externa (en la familia, en la cultura) de un tercero simbólico frente al estrecho vínculo madre-bebé. Ojo, no es necesariamente un padre real, es la función paterna de la que estamos hablando. Da la fuerza, la autoestima, la posibilidad organizativa, la energía para la curiosidad y la conquista del mundo. La confianza para pensar por sí mismos, la posibilidad de crear una identidad propia. Si no existe una función paterna adecuada, el niño/a quedará mirándose en los ojos de la madre, mirará a través de ella, siendo una extensión o su duplicado. Si no existe una función paterna, la propia identidad y la capacidad para pensar quedan inhibidas o tienen gran dificultad para su desarrollo. – ¿Una madre soltera puede cumplir ambas funciones, tanto la materna como la paterna? – Sí, existe esa posibilidad. Es más, todos los seres humanos podemos tener una función paterna y una materna dentro de una misma persona. Lo interesante es que una mujer que tenga un adecuado balance de la función paterna y materna en su mente tenderá a buscar un compañero (o compañera o sustituto paterno) en el mundo exterior que la ayude en lo concreto y más externo a criar a su hijo y a romper la relación natural madre-bebé. A una madre que carezca de una función paterna mental le será muy difícil romper esa relación y tenderá a que esta unión perdure. Se ve con frecuencia lo difícil que es romper el “cordón umbilical” psicológico. Nuestras mentes están transformándose y cuestionan a quienes deberían ejercer la figura materna o paterna, pero lo cierto es que hay mujeres que tienen una estructura psicológica paterna y ejercen muy bien su función y a la vez hay hombres que independientemente de su sexo pueden tener una estructura psicológica materna y ser excelentes en ello. –Según lo que me explica, ¿es necesaria la presencia concreta del padre? ¿O es prescindible? –La presencia concreta del padre o un sustituto no se podrá evitar, estará presente de alguna manera, se manifestará de algún modo si la madre tiene una función paterna en la mente. Si no existe un hombre cerca de un niño o un sustituto de ese hombre (puede ser otra mujer, sea pareja o no) que ejerza la función de ayudar al niño a involucrarse en la cultura humana y a crecer como individuo, esto querría decir que la madre no tiene una función paterna en su propia mente. Un niño/a para crecer necesita que la madre tenga esa función interna para que permita que alguien más intervenga entre ella y el niño. La presencia física de un padre no es garantía que eso esté sucediendo. –¿Se ha presentado alguna patología en los niños que no han tenido una figura paterna? –Ahora que hay más investigaciones sobre el tema, hemos observado que aumenta la hiperactividad, la depresión, los sentimientos de vacío y los trastornos de conducta. –¿Hay alguna etapa exclusiva del padre? – Aquí las aguas se dividen pero también en algunos puntos llegan a un mismo cauce. De recién nacido el niño depende absolutamente de su madre o de la persona que esté a su cargo. No hay duda de eso. Si es la madre, requiere mucho más de ella que de su padre. Lo que se preguntan los científicos es cómo el niño percibe la presencia paterna. Algunos estudios señalan que el niño desde los primeros meses diferencia a su padre de su madre, aún de manera precaria por supuesto. Otros estudios afirman que el niño muy pequeño no logra discriminar al padre de la madre, ambos forman una unidad, una especie de matriz mental y física. Aquí importa especialmente la representación psicológica de esa pareja que la madre tenga en su mente y también por supuesto el apoyo real que la pareja le dé. Hay una función fundamental del padre: sostener a la madre y al niño desde su mirada como observador, lo cual es una de las tareas más complejas de la paternidad porque tiene que tolerar en algunos momentos ser testigo de la estrecha unión entre la madre y el bebé. El dato XI Congreso Sociedad Peruana de Psicoanálisis y VIII Diálogo Psychoanalysis and Women Committee Tema: El Padre. Clínica/ Género/ Posmodernidad Fecha: Lima, 22-25 de Octubre Informes: 447 8571/ 447 8568 http://www.spp.com.pe/

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