La mitad de la selva amazónica podría desaparecer para 2050, dicen los científicos. Por otra parte es la segunda área más vulnerable de la Tierra después del Ártico, aseguran los científicos. La destrucción de la selva hace que se libere más CO2 a la atmósfera, aumentando las temperaturas y lo que promueve, en un círculo vicioso, las sequías en el propio Amazonas.
Y por último la biodiversidad. En la Amazonía viven cerca del 30% de las especies del planeta. Se dice que un sólo arbusto de la selva contiene más especies de hormigas que toda Gran Bretaña.
Esta biodiversidad ahora afronta los embates de la deforestación y del cambio climático. Urge entonces hacer campañas para su defensa y rescate de la ambición y el lucro de aquellos que piensan sólo en sus intereses económicos y no en toda la humanidad, en nosotros.
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