jueves, 23 de octubre de 2008

MAESTRO ¿CÓMO Y PARA QUÉ EDUCAS? EN TUS MANOS ESTÁ GRAN PARTE DE NUESTRO FUTURO

Por Carlos Villacorta V. Comparto la presente experiencia, para motivar a los maestros a profundizar en la labor de educar, antes de instruir. Añeja propuesta que no se cumple y que es la principal de nuestro trabajo. El bajo salario no puede ser una justificación. Está muy bien la lucha reinvindicativa. No descuidar el trabajo con los chicos es mejor.
ES EL ORGULLOSO GOZO QUE DEBE PRODUCIR LA ACCIÓN DE EDUCAR
En las instituciones educativas sólo se enseña pero no se educa, lo dejamos al sistema que de ello se encargue. La enseñanza sólo es instrucción y la instrucción es amaestramiento. Educar es cambiar, mejorar. Para que se comprenda mejor, resumiré lo que es el trabajo de enseñar y el trabajo de educar. Ambos tienen diferentes objetivos, metas y metodología. Pero ambos siempre interactúan. • El trabajo de enseñar se da en base a horas de estudio de determinada asignatura o área de estudio y para ello se elabora la Programación Curricular obligatoria para todas las instituciones educativas sean públicas o privadas. El maestro enseña contenidos, instruye cómo hacer las tareas y para comprobar si el alumno aprendió, le toma un examen de todo lo trabajado o dictado. Cuando sale mal, le invoca y le da consejos. Finalmente le entrega su libreta de notas. La evaluación, a pesar de estar llena de indicadores, de competencias y capacidades, no hay claridad para comprobar si éstos efectivamente se han desarrollado en el alumno(a). Nadie se preocupa por comprobar si se han desarrollado las competencias y habilidades sino de la nota cuantitativa. Para enseñar bien o tener claridad, es fundamental investigar, analizar y sintetizar los contenidos y principios metodológicos a través de la didáctica que es la doctrina general del proceso de enseñanza. Este trabajo tiene que ser especificado para cada Área de estudios. La metodología finalmente se encarga de poner en práctica los principios didácticos, empleando la técnica y los medios necesarios para cada Área de Estudios. Matemática no vamos a enseñar igual que comunicación ¿No es cierto? • El trabajo educativo es el más difícil y complejo, no tiene límite ni tiempo. No sólo se da en la clase y en el aula, sino, prácticamente en cada momento. Educamos hasta con nuestros gestos. También necesita de un programa que cada maestro lo forja con su pensamiento científico, su desarrollo intelectual, su moral, sus convicciones, su disciplina y está dedicado fundamentalmente a dirigir la vida del estudiante a su cargo. Ayudarle a resolver sus conflictos y problemas, incluso personales y familiares. La síntesis sería la siguiente: - El maestro se propone ¿Qué debo hacer? Y ¿Qué debemos hacer? Para que mis alumnos asimilen mejor los conocimientos que les imparto durante la labor de enseñar. Ensayo estrategias metodológicas, así como su aplicación en la práctica. Y también, Cómo van a participar en forma efectiva y eficaz conmigo, entre ellos y con los demás. - Forja en los estudiantes no sólo teoría sino sobre todo la práctica de las cualidades morales, convicciones, hábitos conductuales, aptitudes sociales y se interesa que se vuelvan concientes y sobre todo aplicados a su vida diaria. - De ninguna manera puede desarrollar una actitud adaptativa del estudiante a su medio, su entorno social y al sistema en su conjunto; sino debe inculcarle la cualidad y la capacidad del cambio de sí mismo y del cambio social. Del logro de uno nuevo y superior sistema donde vive. No sólo se mira procedimiento, habilidad, competencia, sino también contenido, teoría y realidad concreta. Como puede comprobarse, enseñar y educar son complementos indispensables, interactúan, se dan al margen de nuestra voluntad. Sobre todo la de educar, que no tiene vida propia. Si no desarrollo una pedagogía transformadora, entonces aplico la del sistema: la pedagogía adaptativa; enseño y educo para el sistema. Sobre todo educo para el sistema. Nuestro pueblo espera más de sus maestros.

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