domingo, 19 de octubre de 2008

PARA EL PLAN LECTOR: CULTURA, MITOS Y LEYENDAS DE LA SELVA

Este mi blog es nipilita. Recién voy aprendiendo a manejarlo. Aprenderé a futuro a separar mis escritos literarios, cuentos, poesías, etc. de los temas nétamente pedagógicos, psicológicos, filosóficos, históricos y científicos. Por el momento les estaré entregando en forma general, mezcladitos. RÍO MAYO: RÍO CHOCOLATE FANTASÍA REAL EN LLUVIAS DE SOL (Descripción de un día selvático, desde la Punta de Tahuishco) Por Carlos Villacorta V. Hoy es un día mojado, con un tibio sol después de un plomo ambiental. Las nubes caen como granitos diminutos de oro y prenden la verde vida en la Selva. Hay picardía y apresuramiento en cuanto animalillo existe en la tierra, el bosque, el río y el aire. Los ojos se maravillan en una fantástica caminata visual. Erízanos el gusto amielado y nos pican suavemente millones de espinas invisibles en un éxtasis de arrebol y vestidura encendida. El río mayo desliza un dulce rumor que me llega hasta la Punta de Tahuishco entre ondas agónicas de chocolate. No le han lavado a este río me pregunté al volverlo a ver tan chocolate acaramelado rústicamente, después de muchísimos años de ausencia. La luz del sol me parpadea la mirada extensa del valle tropical del río Chocolate y mi voz es como una mariposa que se emite suave y alada al contemplar tan exótica belleza tardecina después de la llovizna. Pregunto sobre el río chocolate y sólo me salen mariposas de colores. Multitud de pajarillos en melancólico vuelo, se cruzan en el espacio aéreo que cubre como un manto moscatel el río mayo. Parece que se saludaran en solemne vuelo, tierno y estirpado. El ambiente no se cansa de mostrarme todo tipo de árboles y flores, plantas y frutos que también se cruzan en alegre y maravilloso vuelo con los sonidos desterrados que quieren descifrar mis oídos. Sonidos infinitos de La Selva que embriagan de ternura mi soledad. La selva derrama primavera todo el año y el río Mayo tiene corazón de chocolate toda la vida. El chullacchaqui cojeandero y el tunchi aguafistero ya nunca pueden engañar y asustar porque nos vestimos de primavera y cretona chocolate. Retorna la tierna llovizna, hora de regresar. Vuelvo mis pasos lentos y me alejo de La Punta de Tahuishco. Nuevamente me hundo en la espesura de cemento y cal. Detrás mío corren aromas de primavera y chocolate. ¡Adiós río Mayo, río Chocolate! ¡Adiós plumaje verde de la tierra! Bosque infinito, verde corazón.

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