domingo, 19 de octubre de 2008

PARA EL PLAN LECTOR: LEYENDAS Y MITOS DE LA SELVA

Este mi blog es nipilita. Lo estoy aprendiendo a manejar. Ya sabré en el futuro separar temas. Por ahora mis artículos, notas y creaciones literarias van mezcladitos: LEYENDA SOBRE ORIGEN DEL NOMBRE DE TARAPOTO Por Carlos Villacorta V. Todo pueblo sin excepción, así como el mismo hombre, tienen su historia y tienen su tradición, son los filamentos de oro que nos conducen del presente hacia las entrañas mismas del origen y su creación para encontrar la semilla más honda y hacerlas crecer produciendo la primavera del futuro. Así es como nuestros ancestros también más antiguos, nos relatan sus historias que traen en la memoria que les contaron también sus abuelos, en una práctica constante de la tradición oral y, es precisamente esta tradición oral que nos dice que, en efecto, los valientes y aguerridos Chancas en su huida del lazo dominador de los incas, se posesionan de la actual ciudad de Lamas, hacen su nueva morada y forjan una rica y extensa familia idiomática, cultural y progresista de Motilones y Lamistas, quienes en su afán de sobrevivencia, buscando sus alimentos, se encuentran en los llanos de Suchiche una “cocha” (laguna), que tenía la forma de POTO. Vasija redonda y pequeña con el que tomaban el agua, confeccionada del huingo (árbol cuyo fruto sirve para confeccionar dos tipos de vasija: El pate que es el grande y ancho y el poto que es el más pequeño y redondo, más utilizado actualmente en el norte del país, donde se toma la rica chicha en poto. La cocha salvadora, estaba rodeada de un exuberante bosque, distinguiéndose mayormente el árbol de TARA, que daba un fruto exquisito del mismo nombre, muy parecido al shimbillo (guabilla comestible) y, a donde bajaban toda clase de animales a saciar su hambre con la TARA y la sed con el agua del POTO. (Por cierto sin falsas e irónicas interpretaciones). Nuestros Chancas encontraron pues, en su confuso esplendor, el sitio ideal para satisfacer sus ansias y sus fatigas. Posteriormente, como señalan algunos acuciosos buceadores históricos, con el correr del tiempo se sumarían otros grupos nativos descendientes de los Chancas, Pocras e Incas a engrandecer la población de Suchiche (Vocablo que proviene de Sustuchiches, que así se llamaba el primer grupo que lo habitó) y así les encontrarían los exterminadores españoles, que todo vocablo lo distorsionaban, fusionaban o lo eliminaban. Esta vez seguramente les tocó fusionar el nombre del fruto TARA y el sobrenombre de la cocha POTO= TARAPOTO. Hay una versión que nos cuenta que, en los valles del actual Tarapoto, vivían los Cumbazas, que al resistir la invasión de los españoles, fueron exterminados miserablemente. Dos hermanitos lograron sobrevivir, varón y mujer, quienes lograron encontrar refugio en las colinas. El dios APU, compadecido de su inmenso dolor: Al varón le convirtió en un robusto y fuerte toro y a la mujercita en una bellísima mariposa. Ambos protegidos por el tupido bosque del empinado cerro escalera. Pero la angustia de haber perdido brutalmente a sus seres queridos, era más fuerte que la propia transformación que el niño toro se puso a llorar copiosa y amargamente que sus lágrimas se convirtieron en el hoy río Shilcayo, muriendo el toro en el acto. La bella mariposa, sola y abandonada bajó el cerro escalera colina abajo a mirar quien sabe por última vez a sus padres, pero, fue descubierto por un arcabucero español, quien al ver tanta belleza angelical quedó prendado y al pretender cazarla, la hirió salvajemente. La mariposita herida gravemente cayó inmisericorde al suelo convirtiéndose de inmediato en la hermosa cocha o laguna de Suchiche. Lo que es el origen de Tarapoto. En la actualidad, Tarapoto es considerada la ciudad más próspera del departamento de San Martín: “La Capital Comercial”. Si UD. amigo lector ha sentido un íntimo y nostálgico sentimiento al leer esta bella y conmovedora leyenda, no se preocupe, siéntase feliz, porque ello lo que UD. ha sentido, es el inicio de la IDENTIDAD con sus raíces el cual tiene que fortalecer para que contribuya con la grandeza de su pueblo y la defienda de los depredadores.

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