Por Carlos Villacorta V.
LA SELVA ES RIQUEZA MATERIAL Y ESPIRITUAL
Las personas que van conociendo la selva, se convencen definitivamente que no es una “jungla salvaje” no es ese “infierno verde” que algunos de angustia infinita descargaban sobre nuestra Amazonía y, actualmente otros lo siguen creyendo.
Quisiera ser millones para cantar millones de veces que la selva es riqueza material y espiritual. Así lo expresa Víctor Jara en su hermosa canción “Levántate y mira la montaña, de donde viene el viento, el sol y el agua”.
LA SELVA EN EFECTO ES RIQUEZA MATERIAL Y ESPIRITUAL. AQUÍ ALGO DE ELLO.
La selva es mano abierta, es filosofía y profundidad. La selva es futuro.
En la selva se brinda el amor, mejor que en todas partes. Así como en todas partes existen las debilidades humanas. En la selva el abrazo es más cálido y sincero, ardiente y apasionado, pero limpio. Así como en todas partes, también es infiel. Ese fuego incierto y misterioso que fatiga la fidelidad.
La selva va saliendo de la oscuridad. Es una bella plegaria que tiene también su poesía, sus mitos y leyendas, sus hombres cantores y juglares dispuestos ahora a librar la dura batalla de la libertad para hacer sentir su literatura, su ciencia, cultura, filosofía y reflexiones desde la selva.
La selva no te agrede, te susurra al oído.
La selva es paraíso verde. Es canto inmenso de todas las voces.
Para llegar a la selva se pasa por los bosques y montañas más impresionantes de belleza que jamás hayas visto.
La selva es una cadena de montañas que no tiene principio ni fin, abraza a todos y abriga con su sol y anuncia la nueva primavera.
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