martes, 15 de septiembre de 2009

♣ AGRICULTURA Y EL MUNDO RURAL NECESITAN DE UNA NUEVA EDUCACIÓN

Enviado por Polan Lacki Polan.Lacki@onda.com.br Brasil ¿Qué tipo de educación necesitan los agricultores y el mundo rural? Al "agriculturalizar" y "ruralizar" los planes de estudios de las referidas escuelas, los futuros agricultores tendrían conocimientos y actitudes que les ayudarían a asumir un mayor y más eficiente protagonismo en la corrección de las ineficiencias de la agricultura y del agronegocio. Otorgando a las familias rurales esta nueva educación, todos los instrumentos clásicos de desarrollo rural – infraestructura, maquinaria, créditos, insumos modernos, garantías de comercialización, servicios sociales, etc. – serían más eficaces, al ser utilizados con mayor eficiencia por sus beneficiarios. Es conveniente recalcar que la deseable universalización de la educación debe tomar en cuenta el contexto en el cual se aplica y los intereses de las familias y las comunidades rurales. En nombre de una universalización mal entendida se ha "educado" a los niños del medio rural para que admiren un mundo que no es el suyo, con toda la carga de valores e ilusiones que esto significa. Cuando crezcan, evidentemente creerán que su realización personal deberá ser buscada y encontrada fuera del medio rural. Las consecuencias de esta equivocación se manifiestan a través del éxodo rural que produce la deplorable miseria imperante en las periferias urbanas. El mundo rural necesita de escuelas básicas que valoren y dignifiquen a los agricultores; que enseñen a los niños a identificar los recursos y las oportunidades de desarrollo existentes en su propio medio; que les enseñen a transformar las potencialidades allí existentes en actividades económicamente rentables que generen trabajo e ingresos para sus familias, en sus propias unidades productivas y comunidades. En resumen, el mundo rural está necesitando de una educación básica rural más realista e objetiva; con contenidos curriculares más pertinentes y más funcionales a las necesidades laborales, productivas y familiares que caracterizan el medio rural. En otras palabras, una educación con contenidos más útiles, que las familias rurales puedan aplicar en la solución de sus problemas cotidianos… y con métodos que desarrollen las potencialidades latentes de los niños de estas comunidades y les ayuden a transformarse en eficientes protagonistas del agronegocio y del desarrollo rural.

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