domingo, 20 de septiembre de 2009

♣ LA HUACACHINA, ICA-PERÚ, OASIS DE LEYENDA

Oasis de leyenda Nadie sospecharía que ella está allí. Cuerpo líquido rodeado de altas dunas. Agua en medio de las arenas. La laguna de Huacachina es un verdadero oasis cercado por el desierto de Ica. Parece suspendida en el tiempo, perturbada tan solo por el canto y el aletear de las aves y, a veces, por los fuertes vientos. Ni la impertinente irrupción de antipáticos lugares turísticos, con su música ensordecedora, o los rugientes “areneros” logran romper del todo la paz que allí se respira y se siente. ¿A otra dimensión pertenece quizá este sitio de aguas verde esmeralda, de barros como oxidados, con propiedades medicinales, según algunos? Centenares de visitantes llegan cada fin de semana para disfrutar de sus aguas tibias y sanadoras. Algunos estudios señalan que resultó del afloramiento de corrientes subterráneas. El común de la gente prefiere, sin embargo, creer en la hermosa leyenda de la bella princesa inca Huacca-China (o la que hace llorar). Era una joven de ojos verdes y pelo dorado, cuyo canto, hermoso y triste, podía hacer llorar a quien la escuchaba. Ella mantenía guardado el secreto de su amor por un joven y, cuando andaba sola, cavaba al pie de un guarango para llorar. Una tarde, el hueco se llenó de agua tibia y ella se sumergió desnuda. Al salir vio a un cazador, espiándola. El hombre quedó prendado y la persiguió. La princesa huyó entre las dunas y matorrales. Los arbustos desgarraban la tela que la cubría hasta que quedó enredada en uno de ellos. La tela extendida se hizo arenal. Ella siguió huyendo, desnuda y con su espejo en la mano; tropezó, cayó y el espejo se convirtió en una laguna. La princesa se transformó en una sirena y en las noches de luna llena canta su antigua canción. Esta leyenda inspiró el poema Huacca-China, de José Santos Chocano. Según los pobladores de la zona, hay allí un inmenso pez —una corvina encantada—, que muchos dicen haber visto, aunque nunca llegan a capturarla. Cuando el viento golpea y suenan las dunas y los cerros, dicen que una vieja está tocando una cajita de madera para aumentar el agua. Existe otra leyenda que, de igual manera, habla de una bonita joven de ojos verdes que llora tristemente la muerte de su amado. De sus lágrimas, se dice, se originó la laguna. Huacachina es un paraje de especial significado para los iqueños, que queda tallado por siempre, como una esmeralda, en la memoria de quien tiene la suerte de visitarlo. Dominical

4 comentarios: