Por Carlos Villacorta V.
Forjando la educación transformadora
Nace Germán Caro Ríos (28-05-1905), un maestro con letras mayúsculas, cuyos aportes teóricos y prácticos de crítica al sistema, de interpretación y transformación de la realidad, buscando una sociedad superior, siguen vigentes en la hora actual. La historia oficial de la educación peruana no lo toma en cuenta pese a su elevada contribución práctica para una educación transformadora. No otra cosa se puede esperar de los defensores del sistema, que silencian, distorsionan o convierten en “íconos inofensivos” a sus principales opositores.
Su libro teórico y práctico “Las Escuelas de Estudio y Trabajo en Coeducación” (enero de 1975), Leer:
http://peru.indymedia.org/print.php?id=16395 es una muestra palmaria de lo dicho y, no tiene ese nombre grandilocuente de “Escuela Nueva” a pesar que respira por todas sus letras verdaderamente un ensayo de escuela nueva en el Perú, y, a diferencia de otros ensayos, tiene una perspectiva de educación transformadora, como el maíz desgranado en cada vida productiva en su tierra natal vueltos a juntar en un hermoso himno colectivo de trabajo, ciencia y saber. Leer más:
http://www.osplad.org.ar/mundodocente/mundodocente2006/Clasicos/notas/junio_07/maestroenamerica.htm
Sin embargo, la concepción liberal del mundo que motoriza el desarrollo desde el año 1400 y concentra las riquezas en pocas manos, no permite el avance de experiencias triunfantes que pertenecen a otros ideales, más si éstas son aisladas o experiencias individuales. Por esta razón, el profesor Pedro García R. Secretario General del SUTE Huamanga en noviembre de 1974, al escribir el prefacio a la primera edición de su libro diría:
“Sería utópico pensar que sólo Huayopampa podría pasar al socialismo dentro de la realidad semifeudal y semicolonial del Perú y en momentos en que el capitalismo burocrático se desarrolla con más fuerza.”
Germán Caro Ríos nace en la Comunidad Campesina de Huayopampa, a cuatro horas de la provincia de Huaral, departamento de Lima y, es precisamente esta comunidad que vive la experiencia importante bajo la dirección pedagógica de Caro Ríos, que sabe conducir a su pueblo hacia el desarrollo comunitario, llegando a tener un alto índice económico-social y cultural-educativo: Mientras en toda la República la educación estaba bifurcada por géneros, hombres por un lado y mujeres por el otro lado; en Huayopampa se practicaba la coeducación. (Recién Velasco generaliza esta modalidad) Mientras en toda la República la educación consolida su elitización y discriminación, favoreciendo a la privada, en Huayopampa se desarrollaba una educación democrática en una sociedad verdaderamente democrática, recibiendo cada quien según su capacidad y según sus necesidades; testimonio fidedigno de lo que puede hacer una dirección científica y la dialéctica aplicada a una educación transformadora liberadora.
Habrá sido interesante ver el desarrollo de la comunidad campesina de Huayopampa sin discriminación de la mujer, todos los niños asistiendo a la escuela productiva, sin ningún analfabeto caminando por sus calles y, lo que es mejor sin ningún terrateniente y su capataz caminando hinchado de dinero por las calles campesinas huayopampinas.
El libro mencionado está lleno de estas experiencias valiosísimas, que tiene que tomarse en cuenta para futuras realizaciones educativas. Libro que no logró cristalizar, pues la muerte le sorprende el 19 de octubre de 1971, pero que maestros consecuentes, pertenecientes al “Frente Clasista Magisterial” que el mismo también fundara en 1960, considerando lo valioso de la experiencia han logrado darle forma en base a sus manuscritos y editarse según tengo a la mano recién el 1975.
Queda el testimonio entonces en su libro “Las Escuelas de Estudio y Trabajo en Coeducación” para iniciar en forma práctica la construcción pedagógica científica en la aurora humana de la sociedad superior. Indudablemente que Germán Caro Ríos interpretó su realidad para transformarlo, elevó las escuelas de estudio y trabajo a la raíz de la libertad, dejando una rendija transparente en este sistema oscuro, para llevar la letra secreta que abra el canto libertario de la sociedad superior.
No sería completo este breve informe si no registro que, Caro Ríos fue uno de los principales forjadores del SUTEP, quien sabe uno de sus verdaderos fundadores, que también es silenciado por oscuros intereses oportunistas. Cuando entra oficialmente al magisterio en 1930 de inmediato se integra a la Internacional de Trabajadores de la Enseñanza (ITE) que en 1928 se constituye a nivel del Perú y es dirigida por José Carlos Mariátegui, a quien conoció en la Universidad Popular “Manuel Gonzales Prada” y a donde era un asiduo concurrente a escuchar las interesantes conferencias de Mariátegui, de quien se vuelve su discípulo y principal defensor de su pensamiento.
En 1970 en el VI Congreso Nacional de Maestros primarios, deciden reconstituir en uno solo los sindicatos que hasta ese entonces estaban organizados por niveles. Constituyen el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Enseñanza del Perú (SINTEP) conformado ya por todos los niveles. Caro Ríos es elegido Secretario General del Comité Nacional de Reconstitución del SINTEP, en camino del Sindicato Único. Lamentablemente muere el 19 de octubre de 1971, sin lograr ver el nacimiento de su criatura: EL SUTEP, por sus siglas de Sindicato Único de los Trabajadores de la Educación del Perú, una de las más grandes instituciones sindicales del Perú, en el Congreso Nacional de Unificación realizado en el Cusco en 1972.
Germán Caro Ríos es un maestro fundamental para la transformación estructural libertaria; es completo, supo desarrollar su labor educativa en interacción de lo pedagógico, lo político e ideológico y, también fue un infatigable luchador por los derechos de los maestros y de su pueblo. Merece un mejor tratamiento por su. Honor y Gloria.
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FUENTE:http://canaldani.blogspot.com/2007/11/germn-caro-ros-poemas-huayopampa-en-un.html
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La lucha incesante de las masas obreras y campesinas, debilitan las estructuras de la “República Aristocrática”, que se derrumba al perder su hegemonía el imperialismo inglés y consolida al imperialismo estadounidense, sobre todo, con la elección por segunda vez -como señaláramos líneas arriba- como Presidente Constitucional a Augusto B. Leguía en 1919, quien maniobra un autogolpe de Estado poco después de jurar como Presidente para establecer su dictadura. Disuelve el Congreso donde tenía minoría y promulga una nueva Constitución; iniciándose un régimen dictatorial autodenominado “Patria Nueva” a partir de 1920 y se caracteriza no sólo por el dominio y sojuzgamiento del imperio estadounidense, la política de los empréstitos más voraces, para supuestamente llevar a cabo un conjunto de reformas en todos los frentes como: La Reforma Educativa de Vicente Villarán; creando incluso el Banco Central de Reserva, para canalizar y centralizar el capital financiero; la contratación de una misión de militares estadounidenses para reorganizar el ejército, etc. Sino también se caracteriza por la aparición de nuevos partidos políticos como el APRA y el Partido Socialista y una represión y persecución indiscriminada a estas ideas, clausurando por ejemplo la revista “Amauta” dirigida por Mariátegui. Haya de la Torre es deportado, pese a su posición conciliadora de plantear en 1924, una corporativización gubernamental capaz de negociar con el imperio yanqui (EEUU), buscando “su lado bueno”; Se incendia “El Comercio”, etc.
En ese sentido historiadores diversos señalan que es la primera reestructuración del Estado Republicano del siglo XX, para garantizar la hegemonía del imperio estadounidense. Pero también podemos decir que es la reestructuración de las ideas, con la aparición de los 7 ensayos, donde ideológica y teóricamente se empieza a escuchar la voz de los oprimidos peruanos. Pero, las necesidades del imperio dominante siempre nos empobrecen.
En este período, los EEUU. Más que nunca necesitaba consolidar su hegemonía, pues el sistema capitalista que pretendía hegemonizar estaba en una de sus peores crisis de superproducción a nivel mundial, y, el Perú, sujeta, subyugada por esta potencia, sufría también los avatares de la crisis que la estaba llevando al colapso (1929) y le producía constante agitación popular, caos y desgobierno, sobre todo por la demagogia, exclusión y falta de solución a los álgidos problemas vitales de los grandes sectores populares, limitando la reestructuración de la economía y el control del Estado peruano, políticamente también con el desprestigio de su fiel sirviente el dictador Leguía.
Se hacía “necesario” entonces como siempre, seguir implementando “La política del garrote”: Una mayor disciplina o el pretexto mejor dicho para la intervención militar. Así, “cae como anillo al dedo”, un nuevo golpe de Estado desde Arequipa por el Comandante Luís Sánchez Cerro (1930), que consolida un Tercer Militarismo que dura poco, pues culmina en 1939, pero, de alguna forma pone cierto orden a su favor.
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