martes, 24 de marzo de 2009

PRÁCTICA Y TEORÍA PARA UNA EDUCACIÓN TRANSFORMADORA. Transformar nuestra educación alienada en educación nacional (SEGUNDA PARTE)

Por Carlos Villacorta V Forjando la educación transformadora B.- Transformar nuestra educación alienada en educación nacional (SEGUNDA PARTE) Liquidar definitivamente la idolatría a la colonia, que es nuestra mentalidad feudal-virreynal persistente en nuestra vida cotidiana, incluso práctica cotidiana (Seguir diciendo “palacio” al edificio gubernamental, judicial, etc. Es un pequeñísimo ejemplo. ¿Entonces el gobernante es un rey?). Hacer que la educación contribuya a la transformación social estructural de nuestra sociedad y defina una sociedad en la práctica netamente peruana, con cultura e identidad nacional. No estoy hablando de nacionalismo, sino de lo nacional que permita integrarnos. La identidad nacional es un hecho consustancial a una nación, a un país. El capitalismo globalizador, irónicamente consolida las clases y consolida las naciones, las necesita para seguir viviendo, porque su base cerebral es una estructura jerárquica hegemonista, individualista y excluyente. Es el capitalismo en desarrollo que crea el nacionalismo. El nacionalismo es consustancial al sistema capitalista en su esencia fascistoide, que enarbola como ideología y política, cierta burguesía, en su tendencia ambiciosa de desconfiar de las demás naciones. En su expansionismo imperial deviene en “chovinismo”, para adoptar una superioridad de gran potencia frente a las demás naciones que pretenden hegemonizar. Y, en las que dominan, cada cierto período de tiempo, exacerban el nacionalismo engañoso, utilizando a determinados personajes reformistas-izquierdizantes, para desviar la conciencia y al pueblo de sus verdaderos objetivos históricos. Así, las naciones hegemónicas, patéticamente necesitan de las naciones pobres para promoverse como naciones monopólicas y subyugarlas; las bloquea estructuralmente y no les permite cumplir su función como nación. Hipócritamente las llama “Naciones en vías de desarrollo”. En ese sentido, cuando su hegemonía monopólica está en peligro, impulsa la creación de bloques económicos, llámese MERCOSUR, COMUNIDAD EUROPEA, etc. O genera tratados comerciales como el ALCA, TLC, etc. y ladinamente no practican el liberalismo, sino el estatismo, como observamos en su actual crisis. Inventan una serie de restricciones y protegen sus exportaciones subvencionándolas. Bloqueando de esta manera otros hegemonismos. Por eso, los países “en vías de desarrollo” intervinientes, necesariamente tienen que mirarse como nación y aquilatar sus posibilidades. Lo que la globalización debilita es la corriente de lucha soberana de liberación nacional, lo que da paso a una corriente de lucha comunitarista internacional. Por esta razón, la soberanía sigue siendo una reivindicación por resolver. Ahora bien, una nación sin utilizar las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), sin saber aprovechar los últimos avances científicos y tecnológicos no es posible. Así como en nuestro caso no es posible además sin potenciar la cultura andina. Empezando por tecnificar la agricultura y exportar sus productos. No trayendo del extranjero moldes de pensamiento y producción para cambiar el modo de pensar y producir andino, sino potenciar su educación y creatividad con más tecnología. Es clave. Pero, para ello se necesita ser libres. ¡Oh hermosa libertad!, en tu nombre nos sojuzgan. Nuestra educación, para que sea nacional. Debe priorizar que, desde inicial hasta la universidad, la principal asignatura, área o facultad académica de estudios, sea el de FORMACION NACIONAL, donde los troncos de enseñanza y aprendizaje prioritario deban ser: Música andina, vestimenta, idioma quechua, productos y alimentos autóctonos, filosofía peruana y sobretodo el trabajo comunitario y solidario. Respetando y potenciando cada espacio étnico, cada pueblo étnico y desarrollando procesos educativos integradores y liberadores, lo que significa desechar la presente educación general. Quien sabe crear educaciones regionales por ponerle un nombre; dentro de un proyecto educativo nacional integrador, liberador y transformador. La otra facultad universitaria tecnológica indispensable tendría que ser necesariamente: POLITICA INDUSTRIAL Y CREACIÓN TECNOLÓGICA. El Perú para integrarse al mundo y ser uno de los países libres y desarrollados o por lo menos en “vías de desarrollo” tiene que diseñar a través de la investigación científica y tecnológica, con el más alto presupuesto, adecuados principios y lineamientos de política industrial, tecnológica y comercial, para producir y crear tecnología a través de nuestras materias primas y nuestros propios recursos y saber utilizar lo que el mundo produce. Es decir convertirnos en un país productor de tecnología y de servicios, mejorando nuestra capacidad de autofinanciamiento del crecimiento económico. En ese sentido, sólo una educación nacional y autónoma nos puede proporcionar la fuerza mental y la libertad necesaria para llevarla a cabo. Torcer la voluntad del hegemonismo que no puede tolerar países y naciones autónomas es un deber moral nuestro; así como de cada gobierno de turno que hacen de personeros del imperio. Al margen de ser libres no somos nada. Sin libertad no hay desarrollo.

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