Por Carlos Villacorta V.
Forjando la educación transformadora
TRANSFORMAR EL NEUTRISMO ENGAÑOSO DE LA EDUCACIÓN, EN IDEOLOGÍA Y POLÍTICA MOTIVADORAS PARA EL CAMBIO SOCIAL ESTRUCTURAL DE LA SOCIEDAD
G.- Nuestra educación insiste en el neutrismo ideológico y político.
Desde que el dinero y el capital se apoderó del mundo y una clase dominante determina nuestro futuro y decide sobre nuestras vidas, la educación ha pasado a formar parte como su mejor aliada, su instrumento más preciado, formando gobernantes y gobernados, los que mandan y los que obedecen, quien es rico y quien es pobre, quien acumula y quien no acumula, quien piensa y quien no, quien habla y quien no, a quien promocionamos y a quien no, etc. Todo, absolutamente todo, en forma sutil, engañosa, con medias verdades y mentiras completas en el más de las veces, imponiendo creencias y mitos como “Caballos de Troya” que amenazan nuestras conciencias y, en forma directa a través de leyes, normas y directivas que regulan nuestras conductas y nuestras decisiones. En suma, es su dimensión ideológica y política para mantenerse en el poder y mantener el sistema imperante.
Sutil y engañosa porque nos tejen el manto y el vendaje de la supuesta neutralidad de la educación en ideología y política. En todos sus textos y leyes abogan por el neutrismo de la educación: “nada de política”. Y, cuando se producen hechos y críticas al sistema de inmediato lo relacionan que “está haciendo política” o “son cuestiones políticas”. Hay pues el gran interés de mantenernos en la ignorancia, fuera de los hechos económicos, ideológicos y políticos. Es decir fuera de sus dominios, para no entorpecerlos, donde lo técnico se subordina a lo económico y éste, lo económico, se subordina a lo político.
Curiosamente sin embargo, nos hablan de “la política educativa”, “política cultural”, “los lineamiento políticos del Estado para la educación”, etc. Ellos sí pueden hablar de política y nosotros simplemente aceptar, callar e implementar. Esto es clarísimo, como que el sol sale siempre de día. Te prohíben saber más de lo que ellos te lo proponen: Tu saber termina donde empieza el mío. Tu vida termina donde empieza la mía. Esta es mi memoria, la tuya es el olvido. Son las sentencias del capital, en su extremismo, se denomina capitalismo. De la pobreza sólo se enteran cuando ven peligrar sus intereses. Pero ¡hay! Como difunden su amor fingido. Con sus falsas promesas endulzan la pobreza. Nos hacen creer que lo van a resolver. Los políticos mienten para ganar y han distorsionado y desacreditado la verdadera política.
Melifluamente nos hablan de “reforma educativa”, “cambio educativo”, “modernización educativa”, “globalización de la educación”, “emergencia educativa”, “calidad de la educación”, “remuneración justa para los maestros”, etc. Y la práctica nos ha demostrado que no es a nuestro favor. Ellos necesitan esos cambios para hacerlos corresponder con sus viejos y nuevos intereses. Entonces, “!eres un radical¡”, te dicen despectivamente para desacreditarte. “no crees en nada ni en nadie” te retrucan maliciosamente. Ni tantito, digo yo:
Creo en la vida y que el capitalismo ha distorsionado.
Creo en la honestidad del pueblo y en la riqueza que construye que otros se la apropian y consumen, aprovechando su posición dominante.
Creo en el poder liberador del pueblo organizado cuando se da cuenta que le están engañando y condenando al hambre y la miseria.
Creo en que no todos tienen las mismas oportunidades. Pero, algún día la lucharán y, democratizarán y liberarán también las oportunidades.
Creo en que no es justo que los incapaces sigan gobernando, porque no han resuelto el hambre y la pobreza de nuestro pueblo, pero sí la suya a costa de ese sufrido pueblo.
Creo fervientemente en que me están engañando cuando me dicen que la educación no es trasmisora de ideología y política de las clases dominantes.
Creo que algún día las cosas tienen que cambiar y que la justicia y la equidad reinarán sobre la tierra. Y que todos nosotros debemos ser artífices de ese cambio.
En efecto, no creo en los que defienden las promesas que nunca se cumplen y no creo en los que defienden el sistema y Estado de Derecho imperante, porque están defendiendo lo que antes se apropiaron y no soportan el sentido de la equidad y menos el respeto al derecho que nos da la condición de ser humanos.
Por esta razón, es nuestra obligación desmontar el neutrismo engañoso de la educación, puesto que detrás de ello se encuentra una ideología y política que nos inmovilizan, nos quitan la esperanza y las oportunidades, nos roban la memoria y nos regalan el olvido para aceptar la forma como vivimos.
Es vital entender que, lo fundamental de la acción educativa es la praxis ideológica y política para la transformación liberadora. Al margen de ello no hay nada. Sólo retórica y rutina. Tantos ya lo dijeron, es hora de pensarlo bien. Hay que ponernos el son, el día de todas maneras viene.
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