Por Carlos Villacorta V.
Forjando la educación transformadora
Transformar la realidad desechando ilusiones y fantasías pedagógicas (SEGUNDA PARTE)
Y, considerando que la libertad es el origen y el destino del hombre, nos debemos imponer el deber de desarrollar nuestra voluntad de ser libres. Siendo el más genuino y puro interés libertario el interés y esfuerzo colectivo. El individuo jamás podrá liberarse solo. Así como el buen educador significará poco si trabaja solo. El ayllu, la mita y la minka son nuestras raíces como ejemplo, más la tecnología actual serían poderosos instrumentos de transformación. Base de una pedagogía para la transformación.
Considerando también que, es común escuchar: “si queremos que la sociedad cambie, primero hay que cambiar uno”. Parece cierto, pero es una verdad a medias. Es anticientífica. Está comprobado que efectivamente el hombre tiene ideas, pensamiento, convicciones, sólo a través del mundo exterior. El cerebro elabora lo que el mundo material le da. Nuestra forma de vida en sociedad determina nuestra conciencia. ¡Ojo! No vivimos solos. Por esta razón los medios de comunicación y nuestra misma educación, que forman parte importante de nuestra vida y, aparentemente inofensivos, sin embargo influyen poderosamente en nuestra conducta y personalidad individual y social, por tanto es imposible enfrentarme solo ante tanta arremetida anticultural que siembra individualismo, “Sálvese quien pueda”.
¿Cómo entonces desechar ilusiones y fantasías pedagógicas para aplicar una pedagogía para la transformación? Les propongo 6 ideas centrales:
1.- Comprender que, las condiciones materiales de existencia es la realidad objetiva fuera de la conciencia del hombre en todas sus formas y manifestaciones, pero que, al mismo tiempo es reflejado en la conciencia de ese hombre, en pensamientos, ideas, actitudes y emociones transformadoras. El mismo hombre como primera fuerza productiva y sus relaciones de producción forma parte como principal y fundamental componente de las condiciones materiales de existencia, junto al tiempo, espacio, movimiento, economía, propiedades, clases sociales, leyes, Estado, geografía, etc.
2.- Comprender que, el único medio para dotarnos y desarrollar nuestras capacidades y habilidades transformadoras es la práctica científica, el trabajo disciplinado, consciente y firme. Es imposible por ejemplo ser un buen chofer, sin antes haber conducido un auto o cualquier vehículo de conducción; es imposible ser un buen maestro sin antes haber trabajado como maestro. Entonces sólo faltaría una buena forma y métodos de educación científica transformadora. Una contundente teoría científica, para ser aplicada y, a través de la práctica comprobar su validez.
3.- No basta transformarme yo. Debo unirme a otros que quieren lo mismo. Es necesario conformar poderosas organizaciones de acero puro, con alta preparación científico popular intelectual capaz de derribar los inmensos muros de fantasías, que impiden que lleguemos a nuestra realidad concreta.
4.- Esforzarnos por investigar y explicar con sencillez (no simpleza) y claridad las verdaderas causas para que el hombre que construye la riqueza, absolutamente la mayoría viva asfixiado por la injusticia social y muera ensombrecido por el hambre y la carencia.
5.- Hacer un esfuerzo colosal por descubrir los verdaderos intereses ideológicos y políticos que se agazapan con la educación que impartimos diariamente y por qué se trae de otros países.
6.- Practicar desde estos momentos una pedagogía para la transformación.
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