LECTURA COMPLEMENTARIA
El admirable turismo pedagógico en el Perú
En 14 puntos o acápites, acabamos de hacer un esquemático y apretado derrotero histórico de nuestra educación, que sirva como base para el debate en la forja de una educación transformadora, nos damos cuenta la inmensa sujeción plena cabal e incondicional al imperio estadounidense de cada gobierno de turno; constatamos que crece sobre todo la imposición del olvido y el silencio, que es el arte inescrupuloso de borrar las huellas y la memoria. Cada gobierno de turno ha hecho turismo pedagógico con admirable amor a la niñez y a la juventud.
Un país que tiene como política económica sólo el comercio, la extracción y la exportación, acudiendo a la gran inversión privada extranjera acumulando reservas para atraerlos, solo puede generar una educación comerciante, alienada y amante de lo extranjero. Nos repiten hasta el cansancio que sólo la inversión privada extranjera nos puede salvar. Sin embargo, también está demostrado que no es así. Veamos:
Antes del golpe de Estado de Velasco en 1968, el capital extranjero controlaba el 84.5% de nuestra producción extractiva y exportadora; el 70% del capital bancario lo acaparaba el inversionista extranjero; el 65% de los complejos agroindustriales principalmente del azúcar y el algodón estaba en manos de los extranjeros. Es decir más del 80% de nuestra economía estaba en manos de los inversionistas extranjeros. ¿Alguien nos puede probar que la mayoría de peruanos estaban bien?
Ahora bien, Velasco confiscó la mayoría de empresas extranjeras y convirtió al Estado en un gran monopolista burocrático, y, como se demostró anteriormente sólo cambió de dueños de un bloque económico a otro: Prácticamente desmanteló las bases económicas de una empresa burocrática (Oligarquía agroexportadora y minera) y favoreció a la burguesía compradora (Burguesía industrial). Tampoco entramos en prosperidad.
El golpe de Estado al interior del velasquismo dado por Morales Bermúdez el 29 de agosto de 1975, pretendió “corregir” desmantelando el velasquismo. Belaunde inició el regreso y Fujimori lo completó subastando al martilleo lo que el Estado tenía. Alan García está rematando lo que queda, incluido los bosques, las tierras comunales, el agua y la Amazonía.
Estamos nuevamente con más del 80% de nuestra producción en manos de inversionistas privados extranjeros y nacionales. ¿La mayoría de peruanos estamos bien? ¡Claro que no! Con estadísticas nos quieren demostrar que sí, pero en la práctica no lo pueden hacer. Los únicos que están bien son las empresas capitalistas, que son la minoría.
Algún día los millones de peruanos empobrecidos y excluidos de la república nos daremos cuenta que somos la mayoría absoluta de la población y, CON UNA EDUCACIÓN TRANSFORMADORA, con un solo objetivo y en poderosa organización, empuñaremos la dirección de nuestro destino y haremos florecer una nueva aurora. Ese día, otro gallo cantará.
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