martes, 11 de noviembre de 2008

INCLUSIÓN EDUCATIVA Y REALIDAD

Por Carlos Villacorta V.
Una norma como sugerencia ética y moral y dos conferencias como acuerdos, podríamos decir que nos sirven de base histórica reciente: La norma mundial de 1989 Convención sobre los Derechos del Niño (Naciones Unidas) establece que todos los derechos deben ser respetados y aplicados a todos los niños sin excepción alguna y es obligación del Estado tomar las medidas necesarias para proteger al niño de toda forma de discriminación. 1990 Conferencia Mundial sobre Educación para todos (Jomtien) sugiere y recomienda prestar especial atención a las necesidades especiales básicas del aprendizaje de los estudiantes con discapacidad y tomar las medidas necesarias y urgentes para garantizar a estas personas la igualdad de acceso a la educación regular o común. Y, concretamente sobre inclusión educativa está la Conferencia Mundial sobre Necesidades Educativas Especiales: Acceso y Calidad. Salamanca (España) 1994, donde fue adoptado el principio de la educación inclusiva "(…) todas las escuelas deben acoger a todos los niños independientemente de sus condiciones personales, culturales o sociales; niños discapacitados y bien dotados, niños de la calle, de minorías étnicas, lingüísticas o culturales, de zonas desfavorecidas o marginales (…)". Sin embargo, estos avances en materia de propuesta y sugerencias, no han tenido la respuesta inmediata de los países acordantes y las diferencias sociales, económicas, idiomáticas, culturales e individuales, siguen creciendo y conduciendo a un alto nivel de analfabetismo funcional, de repetición, ausentismo escolar y exclusión., Casi una década después, la respuesta es sólo para la discapacidad física e intelectual, una manera excluyente también de entender la inclusión educativa. A nivel de nuestro país el Perú, la exclusión por todos los conceptos, es el pan de cada día; en el Tawantinsuyo con menor intensidad. El imperio incaico fue uno de los pocos Estados, que, históricamente se conoce, que practicó la inclusión en el sentido económico social, pues los gobernantes traducían en la práctica el bienestar de sus súbditos; tuvo un alto sentido de previsión social basado en la moral y el trabajo. Sin embargo hay que destacar, que en educación había serias barreras para que el pueblo sea integrado, pues sólo la nobleza tenía este derecho. El desarrollo del Imperio Incaico es radicalmente cortado por los invasores españoles: La colonia o Virreinato, se inicia con la sangrienta invasión española y, el sometimiento brutal de nuestra cultura, siendo excluidos y explotados sin ninguna consideración por los invasores españoles. La iglesia nos trajo también de Europa la anormalidad de los discapacitados como cosa del demonio y el castigo divino. Con la República, Increíblemente, muchos de los abusos cometidos por los españoles en el Virreinato se agravaron. Todos los indígenas o marginados, vieron frustrados sus sueños de libertad y muy lejos el bienestar y, por cierto la inclusión en la República naciente. Se excluyó de la política: Congreso, elecciones, gobierno, etc. A quienes tenían escasos ingresos económicos, no eran de “buena familia” o de “buen apellido” o eran desempleados, mujeres, analfabetos. Es decir, en este sistema no se incluía como ciudadanos al 95% de la población. Los discapacitados en ese sentido no contaban para nada. Ninguna norma educativa, ni reforma educativa tomaba en cuenta ni a los “indígenas” ni a los “anormales”. Con la “Reforma Educativa” de Juan Velasco Alvarado, que toma el poder en 1968, mediante un “Golpe de Estado”, se empieza a hablar de la “Educación Especial” como una “Modalidad Educativa” y, en el famoso libro celeste: “reforma de la educación peruana. Informe general”, 1970. Editorial Universo S.A., desde la página 112 hasta el 116, se empieza también a hablar de una manera digna y respetuosa del discapacitado; se les nombra como “excepcionales”, se dice por ejemplo: “(…) atender a los educandos que estén en una situación de excepcionalidad por razones de carácter físico, psíquico o social (…)” Se habla entonces no sólo de la parte física y psíquica, sino también de lo social, en forma más integral. Lamentablemente, el “Golpe de Estado” de 1975 por Morales Bermúdez, lo desactiva todo y el siguiente gobierno de Belaunde Ferry de 1980, acaba por completo con la reforma velasquista.
La Ley General de Educación Nº 23384 del bealundismo, lo borra por completo del habla educativa y a partir de 1985, son anulados de manera general incluso los beneficios tributarios para las empresas que contrataran trabajadores discapacitados, según el informe de la Comisión Especial de Estudio sobre Discapacidad del Congreso de la República del 2006. Recién a partir del año 2003, se empieza a hablar de una educación inclusiva en el Perú por mandato de las Naciones Unidas.

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