LEYENDA SOBRE
EL ORIGEN CHANCA DE LAMAS
El mítico, legendario y hermoso pueblo de Lamas www.lamasperu.com , cuando ha requerido, ha sido siempre una combativa flecha de acero puro. Ha echado mano a su origen Chanca.
Me acuerdo con hermosa melancolía la década del 70, cuando los gloriosos estudiantes de la religiosa Escuela Normal “Virgen Dolorosa” de Tarapoto, teñimos de luz nuestros corazones y nos dimos cuenta que el departamento de San Martín requería de una universidad.
Apelamos a todas las instancias y, finalmente nos organizamos junto a los estudiantes secundarios. Tampoco fuimos escuchados.1975, luego 1976.
Entonces de la tierra, el bosque y nuestros árboles milenarios, surgió el volcán libertario y se posesionó de nuestros cuerpos.
Por primera vez, los estudiantes selváticos hundieron sus pies en las calles tarapotinas al grito de “! Universidad para San Martín!” con una valentía infinita tomamos la Zonal de Educación, en señal de protesta, porque nadie nos hacía caso.
Fuimos rodeados por casi todos los más de 30 valientes policías armados hasta los dientes, que nos amenazaron con un ultimátum previo a su decidido ataque.
En sus propias narices fuimos salvados por aguerridos lamistas que llegaron desde su pueblo, porque también estaban estudiantes secundarios de Lamas.
En realidad fue un mítico rescate, sin que los numerosos policías que nos rodeaban se dieran cuenta. Fue increíble. Para recordar. Los pobladores tarapotinos después nos contaron que atacaron el local con bombas lacrimógenas y disparos al aire. Tal sería su sorpresa al ingresar bien cubiertos con sus máscaras antigases, al no encontrar a ningún estudiante, sólo el Director de la zona que salía del baño ahogándose en los gases.
Así es Lamas, ubicada a 22 kilómetros de Tarapoto, llamada también la “Capital Folklórica de la Región San Martín” Antonio Raimondi, al conocerla, la bautizó con el nombre de “La Ciudad de los Tres Pisos”.
En efecto, su origen nos remonta a la época de los aguerridos Chancas y Pocras que, amantes de su libertad, se revelaron contra el incario, pero, al ser derrotados por la superioridad numérica y organizativa de los incas y no querer seguir siendo dominados, entablaron la retirada al mando de Ancohuallo y se instalaron en el territorio del actual Lamas. Cerca de la catarata Chapahuanki. Como lo hacían siempre los buenos guerreros, se ubicaron en una cima de unos 1000 metros de altura, que ahora son calles muy empinadas y sin pavimentar, salvo la Plaza de Armas y sus calles aledañas.
Lamas, sin embargo, es un pueblo pacífico y acogedor que parece todavía pretender conservar sus orígenes. Frente a ello, alguien diría por ahí “esta extraviado en el tiempo”. Es su identidad que valora su linaje, primero Chanca y después Inca. Que muchos sea de paso la hemos perdido o tenemos vergüenza de decirlo.
Lamas tiene un relieve de su suelo muy especial constituido por tres niveles de terrazas:
El más bajo, con el nombre de Waico, prácticamente es una comunidad nativa que en su lenguaje combina un dialecto de Quechua que trajeron los incas (Tupac Yupanqui) en su reconquista a los pueblos rebeldes por a los años 1460 y Cahuapana, idioma de la selva. La mayoría caminan todavía descalzos, son tejedores. Las mujeres usan faldas azules con pliegues y blusas blancas bordadas, los hombres llevan los pantalones estrechos y usan sus chaquetas desabotonadas.
La segunda terraza es la zona comercial.
Y en el tercer nivel se encuentra la plaza del pueblo y la iglesia. Dicen algunos estudiosos, que el primer piso lo ocuparon los Chancas, el segundo piso por los mestizos y el tercero era un mirador natural.
Originalmente, la ciudad se llamó Santa Cruz de los Motilones de Lamas.
Algunos mitos interesantes, se combinan misteriosamente con la leyenda descrita que hacen más enigmáticos a nuestros pueblos, como la contada por ejemplo sobre el barrio nativo de Huayco o Waico: Dicen que en el primer piso del actual Lamas había una laguna con abundante riqueza ictiológica que alimentaba a sus pobladores. Cuentan que la “madre” de la cocha era una bondadosa viejecita que con sus abundantes lágrimas y otras sustancias que arrojaba al lago hacía que crecieran y abundaran peces de diversos tamaños y clases.
Un buen día pidió a los nativos que le brindaran un poco de tacacho (plátano verde machacado y untado con sal y manteca). Estos, un poco extrañados e incrédulos no le hicieron caso. Motivo por el cual la laguna se fue secando poco a poco, hasta convertirse en el terreno hoy de los nativos el Huayco.
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