miércoles, 12 de noviembre de 2008
PEDAGOGÍA TRANSFORMADORA ¿PARA QUÉ HACERLO? II Parte. Mejorando el trabajo en el aula.
Por Carlos Villacorta V.
En al primera parte señalaba sintéticamente, casi esquemática, la conceptualización teórica de una pedagogía transformadora. Ahora induzco, para que debe servirnos:
Esta práctica (Trabajo transformador) se debe convertir en una decisión, una aspiración y hábito contundente del estudiante; lo que estaríamos logrando su transformación.
Para que lo aprendido se convierta en hecho cualitativo o la instrucción se convierta en educación, debe llevar al niño y al joven a ser otro, superior, y sobre todo llevarlo a la transformación de su realidad.
Incorporar el conocimiento a nuestro comportamiento cotidiano para ser mejor, es parte importante de la educación transformadora.
En teoría existe este llamado, pero, nadie lo cumple. Algunos lo utilizan como catarsis al incumplimiento. Nuestro pueblo necesita de su cumplimiento, necesitamos de la transformación estructural. Necesitamos urgente una sociedad superior.
Forjemos una escuela que mueva la conciencia de transformación hacia la libertad y la conquista de una sociedad superior.
Forjemos una escuela que desarrolle la vida comunitaria, aprenda y enseñe a transformar el mundo; es la única defensa que tenemos en contra del individualismo.
Sigamos creyendo en una escuela solidaria y comunitaria que cultive en nuestros niños y jóvenes el inmenso sueño de aprender y enseñar el cálido amor a la humanidad.
En ese sentido, el alumno no se transforma solo, necesita que los demás estén en el mismo camino, por tanto, el maestro, necesita también coordinar con los demás maestros para el trabajo en colectivo, comunitario; si ésto no existe, el trabajo individual se debilita y el logro de transformación es mínimo y a veces se pierde. Se transforma en individualismo.
Para el logro de una transformación efectiva del trabajo educativo, se necesita la participación voluntaria, comunitaria y sincera de cada maestro de una institución educativa y fuera de ella.
Aquí es cuando se choca contra el sistema, porque incluso, increíblemente hay maestros defensores del sistema en forma activa y otros que son pasivos, comúnmente los indiferentes. Ya dije en una oportunidad: La indiferencia es la peor de las traiciones.
La función primordial del sistema actual o más propiamente de la educación, es el perfeccionamiento de los procedimientos individuales; forjando un sujeto individualista y egoísta. Por esta razón, los objetivos han sido cambiados por competencias.
Entonces se da la confrontación de lo colectivo y lo individualista y surge la necesidad imperiosa de que toda transformación pequeña, sectoral, regional y nacional, deben estar en función de la transformación del sistema en su conjunto.
A este trabajo, posiblemente se dediquen los maestros de mayor cultura, elevado nivel intelectual y pensamiento científico, los que tengan ya interiorizado en forma conciente, la necesidad de una sociedad superior.
En todo caso los maestros de espíritu bondadoso que quieran seguir aprendiendo el pensamiento científico, el método dialéctico. Esta es la meta más grande a la que contribuye el trabajo educativo transformador en el sistema actual. Y, ésta debe ser la meta y aspiración de todos lo maestros.
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