Por otro lado, saben perfectamente que, de alguna forma los maestros somos los guías precisos y prácticos. ¿Será por esta razón que se nos excluye y se nos prepara imperfectamente?, se nos llena de palabrería inútil y con teorías falaces se nos acostumbra a una vida rutinaria y cómoda, siendo la universidad una de las grandes responsables de ello. A través de una caduca, hábil e hipócrita política educativa, nos mantienen prisioneros, primero a los maestros y como tal a millones de personas que dependen de nuestro trabajo, principalmente los escolares, totalmente excluidos de la vida nacional. Ahí están las aulas como jaulas y las escuelajaulas. Y, nuestras cabezas vacías de realidad nacional e internacional. Los maestros debemos tener plena conciencia de ésto, sin tardar un solo momento, hacer los esfuerzos necesarios para el rejuvenecimiento de nuestras ideas, porque así nos impone nuestra situación de excluídos. Todo lo que se nos opone que hagamos es bueno y útil para nosotros. La política es buena, son los politiqueros amorales y corruptos los que la dañan.
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