Por Carlos Villacorta V.


Una de derecha que van a condenar estos “hechos de violencia” y van a pedir “que caiga todo el peso de la ley sobre los revoltosos” y siempre el estribillo clásico “Tiene un trasfondo político” “quieren desestabilizar el gobierno “.
La otra de izquierda, pidiendo la atención inmediata a las demandas, apoyando las reivindicaciones, pero, condenando también los actos vandálicos encontrando responsables en “infiltrados”.
En términos generales nadie está de acuerdo con la violencia, pero, que bien es utilizada para demostrar “capacidades”. Tanto la derecha como la izquierda, así lo hacen en determinadas coyunturas. La historia esta registrada. Nadie lo puede esconder.
Si vamos al fondo del asunto, nos vamos a encontrar con el pendiente tema de la inclusión social:
Los incluidos integralmente en todo, que viven disfrutando en el limbo, cuyo principal problema es la opulencia que les causa una serie de trastornos psicológicos de abundancia y empacho social.
Los excluidos integralmente de todo, que viven maldiciendo sus carencias y sufriendo trastornos psicológicos de vacío y falta de abrigo social.
Ese es nuestro sistema social o nuestra sociedad, que requiere con urgencia la necesidad de mirar la alternativa de una Sociedad Superior.
Eso es lo primero que deben mirar aquellos que gritan "sobre los responsables de la violencia caerá todo el peso de la ley" y que también es una forma de violencia. Aquí surge también otra gran pregunta: ¿Ley de quién? Y, la respuesta también va así: ¿De los incluidos o de los excluidos?
Las luchas sociales también tienen su pedagogía política de los responsables de la violencia.
Y termino este sencillo análisis también con una pregunta: ¿De quién es la barbarie, de los incluidos o de los excluidos? La respuesta no es muy difícil.

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